El papa Francisco expresó su preocupación por la pobreza, los despidos y el rumbo de la política económica del gobierno de Mauricio Macri. Lo hizo a través de interlocutores informales en Buenos Aires, por lo que la Casa Rosada no convalidó la inquietud pontificia por la situación social del país.
Sin embargo, informes sobre el panorama laboral que obispos y amigos le acercaron al pontífice en las últimas semanas fueron evaluados en Roma como “alarmantes”: más de 200.000 personas se quedaron sin empleo desde que Cambiemos llegó al poder, cierre de fábricas, suspensiones en plantas de distintos rubros e incumplimiento del pacto antidespidos.
El Papa también fue notificado sobre “recortes” en programas sociales, paritarias trabadas, inversiones que no llegan y una Mesa para la Producción y el Trabajo, alentada y con participación de miembros la Iglesia, que apenas fue una foto.
Con este panorama laboral complejo en su país, el Papa recibirá el lunes en audiencia privada al ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El mismo funcionario macrista que negó que haya una “ola de despidos” y pidió “entender” a las empresas que tienen “circunstancias” por las que echan operarios.
Triaca es, sin embargo, uno de los pocos funcionarios nacionales con llegada al pontífice, al parecer por la amistad que su madre, Adriana, tiene con Jorge Bergoglio.
Una cercanía que quedó demostrada el año pasado, cuando la mujer le hizo llegar a Macri una carta de Francisco, en momentos en que se hablaba de una relación tensa entre el Presidente y jefe de la Iglesia.
La decisión del Papa de recibir a Triaca, reactivó la posibilidad de que el triunvirato de la CGT que integran Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña visite a Francisco en fecha próxima.
La cúpula cegetista había manejado por canales informales, y con sigilo eclesiástico, la posibilidad de ver al Papa, después de que la central obrera aprobó una marcha en defensa del empleo y la producción el 7 de marzo y un paro general para la segunda quincena de ese mes.
Para evitar interpretaciones políticas, un sacerdote cercano al Papa y a los gremios hizo gestiones reservadas para ponerle fecha a la audiencia.
Pero la movida de la CGT trascendió a los medios y el Vaticano desmintió que la central obrera haya hecho un pedido “formal” de audiencia con el Papa.
Ahora, y a raíz del encuentro de Francisco con Triaca, la CGT buscará otros caminos para encontrarse con Francisco, quien fomentó la unidad del movimiento obrero argentino y propuso a los jefes sindicales que el gremialismo “contenga” a las organizaciones sociales y de trabajadores informales.
En tanto, la asociación Barrios de Pie, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, cuyo referente es el abogado Juan Grabois que asesora a Francisco en el Vaticano, y la Corriente Clasista y Combativa realizaron esta semana protestas con bloqueo de tránsito y ollas populares para denunciar “recortes” en los programas sociales.
Asimismo, anunciaron que tienen previsto realizar una movilización a Plaza de Mayo, para reclamar tierra, techo y trabajo, las “3T” que propicia el Papa en pos de una mayor igualdad social.
Las organizaciones sociales fijaron para la marcha una fecha con fuerte connotación: el 13 de marzo, cuando se cumplen cuatro años del inicio del pontificado de Jorge Bergoglio.
DyN