El papa Francisco inició este domingo una visita de un día en Albania, país de los Balcanes dirigido por una coalición entre musulmanes, católicos y ortodoxos, donde denunció el uso de la religión como "pretexto" para justificar la violencia.
"Que nadie piense que puede escudarse en Dios cuando proyecta y realiza actos de violencia y abusos. Que nadie tome la religión como pretexto para las propias acciones contrarias a la dignidad del hombre y sus derechos fundamentales", dijo el papa Francisco ante los dirigentes albaneses al llegar a Tirana, la capital albanesa.
El primer ministro albanés, el católico Edi Rama, dio la bienvenida al pontífice argentino, quien recibió también la acogida ferviente de cientos de miles de personas en la plaza de la Madre Teresa, donde celebró posteriormente una misa.
En un vehículo descubierto, el papa se detuvo varias veces para estrechar las manos y tomar a niños en sus brazos. Las medidas de seguridad se elevaron ante el miedo de eventuales amenazas de movimientos yihadistas contra el papa.
"Albania es un país que ha sufrido mucho. Ha logrado obtener una paz entre sus diferencias religiosas. Es una buena señal para el mundo este equilibrio en favor del buen gobierno", dijo el santo padre, de 77 años, con aspecto cansado, a los periodistas durante el vuelo a Tirana.
Ante el presidente Bujar Nishani, Francisco saludó con cariño la "tierra de las águilas", "una tierra de héroes, que sacrificaron su vida por la independencia del país, y tierra de mártires, que dieron testimonio de su fe en los tiempos difíciles de la persecución".
El papa, para quien Albania es un "modelo" de convivencia interreligiosa, destacó que "el clima de respeto y confianza recíproca entre católicos, ortodoxos y musulmanes es un bien precioso para el país y que adquiere un relieve especial en este tiempo".
En este sentido, criticó a los "grupos extremistas" que desnaturalizan el auténtico sentido religioso, "distorsionan e instrumentalizan" las diferencias entre las diversas confesiones y las convierten en "un factor peligroso de conflicto y violencia".
Aunque su llamamiento iba dirigido a todas las religiones, la principal alusión era a la violencia de la organización yihadista Estado Islámico (EI), acusada de cometer atrocidades en Irak y en Siria.
"Pertenecemos a otra comunidad religiosa pero por respeto y reconocimiento hemos venido a obtener la bendición del papa", dijo Hysen Doli, de 85 años y musulmán, en la plaza Madre Teresa.
Durante esta visita maratoniana de 11 horas, el líder de la iglesia católica saludará a los jefes religiosos y se reunirá con las fuerzas vivas del catolicismo, antes de visitar a huérfanos y personas con minusvalía en un centro social a 20 km de Tirana.
El encuentro con los responsables de otras confesiones - ortodoxos, protestantes - y de otras religiones - musulmanes, bektashis (corriente sufí) y judíos- será un momento clave de su corta visita.
Mártires de la fe
En su primer viaje oficial en Europa desde su elección en marzo de 2013, Francisco rinde también homenaje a una iglesia en pleno resurgimiento tras una dictadura marxista, precedida de cinco siglos de dominación otomana.
En 1967, el dictador Enver Hoxha había proclamado Albania primer "país ateo" en el mundo, donde se destruyeron numerosas iglesias y mezquitas. El propio papa ya mencionó la cifra de 1.820 iglesias católicas y ortodoxas destruidas.
Actualmente, de los tres millones de albaneses, los musulmanes representan 56% de la población, 15% católicos y 11% ortodoxos. La iglesia católica es minoritaria, pero dinámica.
El pontífice abandonará este país de los Balcanes con un recipiente de cristal con tierra del país de la Madre Teresa de Calcuta, que el primer ministro le regaló en nombre de todos los albaneses.