El papa Francisco bautizó el domingo a 32 bebés, incluidos dos pares de gemelos, en el esplendor de la Capilla Sixtina.
Francisco se maravilló porque los bebés guardaran silencio y apenas se oyera un ruido mientras esperaban su turno para ser bautizados bajo los frescos de Miguel Ángel.
El papa celebra bautismos una vez al año en la misma capilla donde se elige a los pontífices, y en el pasado estas ocasiones han sido más ruidosas.
"El concierto no ha empezado aún'', bromeó el papa en su breve homilía, mentalizado para un coro de llantos. Pero incluso cuando el papa vertió agua para simbolizar la limpieza del pecado sobre la cabeza de cada bebé y leyó sus nombres, los niños se mantuvieron tranquilos. También sus hermanos mayores.
El bautismo incluye oficialmente a los niños como miembros de la Iglesia católica.