El papa Francisco advirtió ayer que en los últimos 30 años Argentina pasó de ser un país de tránsito a uno de consumo y producción de drogas, y reclamó investigar el papel de los bancos que se dedican al “blanqueo del dinero sucio” de las “mafias” del narcotráfico.
En un discurso ante los participantes del foro “Narcóticos: problemas y soluciones para este problema mundial”, que se desarrolló en el Vaticano con la presencia de jueces federales, legisladores y obispos argentinos, el Pontífice también pidió “prevención y plena y segura rehabilitación de sus víctimas”.
“La prevención de la droga siempre se ve frenada por mil factores de ineptitud de los gobiernos, y casi no existen programas exitosos de prevención.
Una vez que avanzó y se radicó en la sociedad es muy difícil. Pienso en mi patria: hace 30 años era un país de tránsito, y después de consumo y hasta algo de producción. En 30 años. Este es el progreso que se da gracias al compromiso mafioso de los responsables”, sostuvo.
El Papa consideró importante conocer cuál es el alcance del problema de la droga, que “es destructor”, y sobre todo “la vastedad de sus centros de producción y de su sistema de distribución. Las redes que posibilitan la muerte de una persona. La muerte no física, la muerte psíquica, la muerte social. El descarte de una persona”.
“Sabemos que el sistema de distribución, más aún que la producción representa una parte importante del crimen organizado, pero un desafío es identificar el modo de controlar los circuitos de corrupción y las formas de blanqueo de dinero”, agregó.
Francisco afirmó que el camino para hacerlo es “remontar la cadena que va desde el comercio de drogas en pequeña escala hasta las formas más sofisticadas de lavado, que anidan en el capital financiero y en los bancos que se dedican al blanqueo del dinero sucio”.
En este sentido, el Papa reconoció que la tarea no es fácil y citó el caso de un juez argentino, a quien no identificó, que trabajaba “en serio” sobre el problema de la droga y al poco tiempo recibió una foto de su familia con un “aviso mafioso”.
“O sea, cuando se quiere buscar y ascender por las redes de distribución, uno se encuentra con esa palabra de cinco letras: mafia. Pero en serio.
Porque, así como en la distribución se mata al que es esclavo de la droga, en la consumación así también se mata a quien quiera destruir esta esclavitud”, aseveró.
Tras su discurso, Francisco saludó a los participantes del foro de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, entre ellos los jueces federales Daniel Rafecas, Zunilda Niremperger y Sergio Torres.
En la segunda y última jornada del foro sobre drogas y tráfico expuso hoy el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, quien destacó el trabajo de organizaciones de la Iglesia con las personas que padecen adicción.