El Papa advierte sobre contiendas bélicas que a pocos preocupan

En un mundo crecientemente convulsionado, donde la intolerancia está ganando terreno paso a paso, la voz del papa Francisco se alza cada vez más fuerte contra la violencia y la guerra, clamando para que los que pueden hacer algo y frenar tales males actúe

El Papa advierte sobre contiendas bélicas que a pocos preocupan

Los conflictos bélicos en distintas partes del mundo generan permanente inquietud en el papa Francisco, que periódicamente se manifiesta al respecto. En una reciente rueda de prensa tras su histórica visita de cinco días a Corea del Sur, el Pontífice se mostró "espantado" porque se vive en estado de guerra "por todas partes".

El Papa les comentó en ese momento a los periodistas que lo entrevistaban que se vive una especie de "Tercera Guerra Mundial, pero a trozos, a capítulos". Y no dejó de criticar "el nivel de crueldad" que se observa en los recientes conflictos bélicos, en los que los ataques entre bandos enfrentados "matan tanto a culpables como a inocentes, incluso a niños y a madres".

El jefe de la Iglesia Católica viene esforzándose por la paz en el mundo desde el comienzo de su pontificado. No hace mucho no sólo trascendió con buenos augurios la visita a los lugares sagrados de Tierra Santa, en un gesto unificador con pocos antecedentes, sino que tuvo amplia repercusión religiosa y política el encuentro que mantuvo poco después en el Vaticano para rezar en conjunto por la paz con los líderes políticos de Israel y Palestina. Esto constituyó un claro mensaje de cómo la política puede contener la violencia que entre los pueblos muchas veces se genera con el pretexto de responder a preceptos o por diferencias religiosas, como sucede actualmente en Oriente Medio.

Ahora, en momentos en que Occidente decidió emprender ataques para frenar la avanzada del fundamentalismo islámico en países en los que predomina el desconcierto, como Irak, Siria y los territorios palestinos, Francisco también se tomó la atribución de opinar sobre el límite que deberían imponer las grandes potencias entre lo que supone detener una agresión o, con ese pretexto, llevar a cabo "guerras de conquista", según lo expresado por el Papa. "Cuando hay una agresión justa es lícito detener al agresor injusto, pero no bombardear, no hacer una guerra. Los medios deben ser evaluados", indicó.

En efecto, el actual recrudecimiento de los conflictos y, por ende, de la tensión mundial parece una cordial invitación a las distintas potencias a seguir ejerciendo el dominio sobre distintas zonas del mundo. Así, Occidente se levanta para combatir el fundamentalismo terrorista islámico que toma represalias contra soldados, periodistas y población civil indefensa, mientras que Rusia no resigna sus aires dominantes de la época de la Guerra Fría y no sólo no tolera la apertura hacia Occidente de Ucrania, sino que se torna amenazante ante posibles acciones de la OTAN. Mientras tanto, Estados Unidos y Europa se desesperan por intentar contener históricos dominios que hoy se les vuelven en contra.

Las reflexiones del Papa muchas veces lucen como lejanas. Sin embargo, su valiente involucramiento a favor de la paz ante el desmesurado desborde bélico de los actuales conflictos, debería llevar a organismos como las Naciones Unidas a agotar instancias de diálogo para que la política no sólo sirva para la guerra.

Francisco lanzó la voz de alerta: una guerra "en partes" pero "por todas partes" puede marcar el camino hacia un caos global de consecuencias inevitables.

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