El mercado le soltó la mano a los activos argentinos tras el duro revés que padeció Mauricio Macri en las elecciones primarias frente al aspirante presidencial del kirchnerismo, Alberto Fernández. Al mismo tiempo, el dólar se disparó, registrando la suba diaria más alta desde la salida del cepo cambiario.
Fue una jornada de pánico absoluto y de históricos desplomes: las acciones de las empresas locales en Wall Street llegaron a perder 58,9%; los bonos cayeron casi 20%, el Riesgo País se acercó a los 900 puntos y el dólar saltó hasta los $ 55 pese a los máximos esfuerzos del Banco Central, que llegó las tasas al nivel récord de 74,78% e intervino con ventas directas por primera vez en la era de su titular, Guido Sandleris.
Fue la lapidaria respuesta de los inversores, sobre todo los internacionales, ante un resultado electoral que augura otro viraje en el rumbo económico de la Argentina. Incluso, se reavivaron los temores respecto a otro eventual default en un futuro cercano.
Esto último quedó en evidencia con el estrepitoso avance de los seguros de riesgo de default, conocidos como CDS (según sus siglas en inglés), que casi duplicaron su valor desde el viernes pasado y finalizaron a 1.895 puntos.
Es que los grandes jugadores del sistema financiero ya comenzaron a calcular sus jugadas ante un escenario de mora y, por ahora, no se muestran dispuestos a darle un voto de confianza al candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández.
Al parecer, los primeros lineamientos sobre política económica no son suficientes para desestimar las dudas asociadas con el retorno al poder de su compañera de fórmula, la senadora y expresidenta Cristina Fernández.
Como si fuera poco, el propio Macri se ocupó de alimentar esas tensiones al advertir que "el problema mayor que tenemos hoy los argentinos es que la alternativa del gobierno, la kirchnerista, no tiene credibilidad en el mundo".
El rojo que determinó la jornada en el sistema financiero puso en relieve además la dimensión de las dificultades que afronta el oficialismo para tratar de revertir el resultado de las Paso. Así, quedó en el olvido la gran apuesta que entusiasmó a todos el viernes previo a las Paso, cuando algunos pronósticos suponían una carrera de mayor paridad hacia octubre.
Con el nuevo escenario que presagiaron los resultados de las urnas, los inversores no dudaron en salir masivamente a buscar refugio para sus posiciones, lo más lejos posible de cualquier activo relacionado con la Argentina.
Esa reacción se convirtió en una verdadera pesadilla para las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street. Esos papeles, conocidos técnicamente como ADR (por sus siglas en inglés) terminaron con un extremo derrape de hasta 58,9%, como fue el caso de los títulos de Edenor.
Nadie quedó a salvo del vendaval en los mercados de referencia: los ADR de Supervielle cayeron 58,7%; los de Loma Negra, 57,2%; los del Grupo Financiero Galicia, 56,1%; y los de Central Puerto, 55,9%, entre otros.
La plaza bursátil local asimiló el trágico destino y el índice Merval, que agrupa a los papeles líderes, acumuló un desplome diario del 37,9% (hasta los 27.531 puntos), que no sólo revirtió todas las ganancias que se produjeron en el año, sino que representó la peor caída diaria de su histórica.
Las más golpeadas fueron las acciones de los segmentos financiero y energético, como las de Edenor (49,7%); de Transener (49,4%), Supervielle (47,8%) y Pampa Energía (44,9%). En el terreno de la renta fija, los bonos en dólares de la Argentina afrontaron desplomes generalizados de hasta 18,99% (Bonar 2024). Ese golpe se tradujo en una suba de 2% en el Riesgo País, que terminó en 877 puntos básicos.
El shock del dólar
La disparada del dólar fue tal, que la divisa norteamericana se movió momentáneamente por encima de los $ 66 en algunos bancos. Ante esa situación, la autoridad monetaria que conduce Guido Sandleris recurrió a inéditas intervenciones dentro del programa que se puso en marcha en octubre del año pasado con el aval del FMI.
El billete verde acumuló un salto diario de $ 10,75 en el sector minorista, luego de retroceder $ 4,13 desde el pico que marcó en el arranque de la jornada. En las pantallas del Banco Nación finalizó a $ 54,95, con un avance de $ 8,41 respecto al cierre del viernes.
El accionar del Central pareció contener un poco más el frenesí de la demanda en la plaza mayorista. Allí, en el Mercado Abierto Electrónico, el dólar culminó a $ 53, con una ganancia de $ 7,75.
Las tasas, alcanzaron un nuevo récord
Guido Sandleris, presidente del Banco Central (BCRA), decidió sacar a relucir todo el arsenal de la entidad que preside para intervenir en el mercado. El titular de la autoridad financiera no sólo llevó a las tasas hasta su máximo de 74,9% anual, sino que por primera vez en su gestión salió a vender dólares de contado en el circuito (colocó un total de U$S 100 millones).
"La suba en la tasa de las Leliq (Letras de Liquidez), las ventas en los mercados de futuros, las ventas por cuenta de Hacienda y las ventas propias del Banco Central en el segmento de contado, fueron las herramientas utilizadas por la autoridad monetaria para detener la fuerte suba del tipo de cambio", detalló el operador de cambios, Gustavo Quintana.
Más allá de lo exagerada que haya sido la respuesta a los resultados de la elecciones primarias, el resurgimiento de la extrema desconfianza sobre la Argentina supone un impacto directo en la vapuleada marcha de la economía.
El primero y tal vez el más inmediato efecto que se hará efectivo, será el golpe que tendrá la suba del dólar sobre la inflación nacional. En tal sentido, el economista Orlando Ferreres calculó que el salto que habrá en los precios "va a ser por lo menos (el equivalente) a la mitad de lo que aumentó el dólar", siempre y cuando el valor perdure en las próximas semanas.
"Hay que ver si se mantiene el número, pero daría la impresión, por la tasa de interés, que este es el modelo inicial, pero que no va a cambiar mayormente", remarcó el economista.