El país otra vez en la encrucijada

No se explicaron bien algunos graves problemas al principio y ahora el ajuste es imposible de evitar.

El país otra vez en la encrucijada
El país otra vez en la encrucijada

El diccionario define la encrucijada como el lugar donde se cruzan varios caminos en distinta dirección; encrucijada refiere en general encontrarnos en una cruz, donde debemos optar hacia dónde seguir. También tiene que ver con  una situación difícil o comprometida, en la que hay varias posibilidades de actuación, y no se sabe cuál elegir. “La nación se encontraba de nuevo ante una de las encrucijadas decisivas de nuestra historia que sólo podría abordar asumiendo su responsabilidad”. Nuestro país está otra vez en la encrucijada del camino, no puede seguir como venía, vale aquí tanto la encrucijada como el encontrarse con una enorme dificultad sin alternativas, no hay atajos, o se intenta cruzar la gran dificultad o nos volvemos al punto de partida, el recorrido realizado habrá sido en vano.

En posible que en pocas páginas de la literatura de nuestro país la encrucijada del camino, de la huella que es más realista, haya sido mejor descripta  que por el genial Domingo Faustino Sarmiento en el “Facundo”, cuando relata a ese personaje inolvidable que el rastreador Calíbar, siguiendo la huella de una mulita mora. Cuando las pisadas se hacen borrosas, sólo posible de percibir por el ojo entrenado y sagaz del rastreador llega la encrucijada, se duda, no está claro qué rumbo hay que tomar. Quienes acompañan al rastreador confían, en él en su saber y su instinto, no dudan que ha elegido el camino que los llevará al destino querido. No hay duda que en el texto magnífico del sanjuanino hay una metáfora de la conducción de los destinos de un país.

Es importante tomar conciencia que a veces en la encrucijada no hay camino de retorno que podemos equivocarnos para siempre, tanto en la vida individual, familiar, empresaria, más aún de un país. Los ejemplos buenos y malos abundan, pongamos los buenos como Alemania destruida en la inmediata posguerra, conducida Ludwig Erhard y Konrad Adenauer, elige el camino el camino más difícil, la libertad, sincerar el drama económico generado por el gobierno totalitario y la guerra perdida, veamos lo que era un lustro después, ni hablar de lo que es hoy.

Pero a veces tanto a las personas como a las sociedades, frente a una gran dificultad a la necesidad de realizar un esfuerzo supremo, nos tienta buscar el camino del atajo, que sea menos difícil, nos obligue a menos esfuerzo. Está en la naturaleza humana, quién no querría menos esfuerzo, menos sacrificio. Algo de esto es lo que le ha ocurrido al gobierno de Cambiemos en sus inicios. Evitó explicar con claridad que las dificultades del camino eran enormes, evitó la encrucijada, eligió quizás evaluando correctamente el contexto político, seguir un camino gradual de arreglo de los enormes desajustes que había en la economía, heredados del irresponsable gobierno anterior. No fueron pocos, los que a su tiempo, advirtieron que el camino elegido llevaría tarde o temprano a encontrarnos con la realidad tal cual era, que el propósito de evitar ciertos "costos sociales y políticos" podrían ser mayores al cabo del tiempo. Esta parece ser la realidad en que estamos metidos y no parece haber margen para buscar atajos, hay que remontar la cuesta y el esfuerzo no será poco.

El problema es de sobras conocido: el gasto público es insostenible, el déficit no se puede seguir pagando con endeudamiento. Esta realidad trae el tan temido, como explicado, ajuste. No se debe gastar lo que no se tiene, no se puede seguir viviendo por encima de las posibilidades. Ajuste es sencillamente realismo económico, terminar con la ficción de creer que se puede vivir siempre de prestado.

La función de los gobernantes es convencer a los más posibles de lo que hay que hacer.  Mostrar que el gobierno está guiado por la voluntad de hacer lo necesario y hacerlo con la mayor equidad posible. Que los funcionarios darán un ejemplo de austeridad en todos sus actos, hay que recordar que la ejemplaridad viene de arriba hacia abajo. La nuestra es una sociedad corporativa, donde existen muy fuertes grupos de interés que resisten y seguirán resistiendo los cambios. El gobierno debe desenmascararlos.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA