El olor putrefacto que captaron perros entrenados en el placard del hijo del anciano encontrado muerto ayer en San Rafael fue clave para encerrarlo como principal sospechoso de asesinato. Carlos Emiliano Contreras estaba desaparecido desde el martes en la mañana y ahora todo indica que fue asesinado.
El cuerpo del hombre de 75 años fue hallado ayer al mediodía dentro de la pileta de un edificio abanonado, sumergido y a unos 200 metros de su casa.
Según fuentes policiales, el cuerpo presentaba signos de haber sido arrastrado. Además tenía una herida en la cabeza y lo que parecían marcas de ataduras.
Efectivos policiales junto con el fiscal Javier Giaroli allanaron la casa de un sospechoso y lo detuvieron. Se trata del hijo de Contreras, un hombre de 41 años. Él mismo avisó a las autoridades cuando encontró los restos de su padre.
La última vez que vieron a Contreras con vida fue el último martes temprano por la mañana. El jubilado salió de su casa en callejón Yanten, en el paraje La Pichana (distrito de Cañada Seca) en su bicicleta playera de color negro y avisó que regresaría más tarde.
Alrededor de las 17.30 de ese día, precisamente el hijo fue quien acudió a la Policía para radicar la denuncia por la desaparición.
Personal de la comisaría 42 buscaba intensamente al anciano desde entonces con canes de rastreo y en las últimas horas estaban a punto de sumar un helicóptero de la Policía para ampliar el radio de cobertura.
Sin embargo, alrededor de las 13 de este jueves informaron oficialmente que habían encontrado el cadáver de Contreras a pocos metros de su casa. El hombre se encontraba bajo tratamiento médico y tenía problemas de pérdida de memoria.
El rastro en el ropero
Tras el hallazgo del cuerpo, peritos de Policía Científica comenzaron a trabajar en los restos. Minutos antes bomberos del Cuartel Central de San Rafael lo habían retirado del agua.
Fuentes policiales precisaron que un perito civil especializado en rastreo mediante canes fue convocado a la escena del hallazgo.
El olfato de los perros llevó a los investigadores desde el domicilio de la víctima hasta el de su hijo, ahora detenido. Ya en la casa del acusado, los animales se dirigieron rápida y directamente hacia un ropero ubicado en la habitación del dueño de casa. Al abrir las puertas del mueble, los perros y los efectivos percibieron el mismo e inconfundible olor cadavérico.
Ante el hallazgo y basada en testimonios de vecinos de la zona, la Justicia ordenó la captura del hijo de Contreras. Vecinos del anciano muerto manifestaron a los investigadores que el ahora detenido "maltrataba mucho a su padre", detallaron las fuentes. De acuerdo a esos relatos, el acusado incluso golpeaba a su padre.