Juan José Aranguren, el polémico ministro de Energía de Mauricio Macri, no tiene más escapatoria. La semana que viene deberá acudir a la Cámara de Diputados. Ayer, la oposición no logró reunir una mayoría calificada -dos tercios de los presentes- para imponerle al oficialismo una interpelación de Aranguren en el recinto.
Pero, para frenar la avanzada opositora de decenas de proyectos de ley anti-tarifazos, Cambiemos aceptó invitar al autor intelectual de los aumentos en las tarifas de los servicios públicos a un plenario de comisiones, un marco un poco más amable que el que quiere la oposición, el martes próximo a las 14.
Las comisiones que enfrentarán a Aranguren son las de Energía, Presupuesto, Defensa al Consumidor, Obras Públicas y Asuntos Constitucionales.
La oposición logró ayer su primer objetivo: aunar esfuerzos para reunir el quórum a fin de sesionar para tratar varios proyectos, entre ellos la interpelación de Aranguren -propuesta por el massismo-, la suspensión de los aumentos -firmada por el kirchnerismo- y la anulación del tarifazo -postulada por Progresistas-.
Para cumplir esta meta, el Frente para la Victoria (FpV) aceptó participar de la sesión especial a la que llamó el Frente Renovador y desistir de la suya, que estaba convocada para media hora después, para que haya quórum.
A la oposición no le sobró ni un solo diputado -tuvo 129- y pudo arrancar la sesión. Pero el oficialismo se hizo presente para impedir que los proyectos fueran tratados ya que, al no tener dictámenes de comisión, precisaban tener el consentimiento de dos tercios de los presentes, un número que la oposición no posee.
El punto de inflexión de la sesión fue cuando el presidente del interbloque oficialista, el radical Mario Negri, buscó distender la tensión opositora ofreciendo la visita de Aranguren a un plenario de comisiones.
La propuesta no satisfizo a los opositores, en absoluto. Negri les recordó, entonces, que desde 1996 que un ministro no es interpelado en el centro del recinto por los legisladores y recordó que el kirchnerismo “protegió” al ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, cuando firmó el Pacto con Irán en torno a la causa AMIA en 2013. “Si les gusta el show, podrán hacerle preguntas ante 20 cámaras”, desafío.
La jugada de Negri sorprendió a los opositores pero también a algunos oficialistas. En el massismo y en el kirchnerismo no esperaban que Cambiemos dejara de proteger a Aranguren, quien desde abril viene negándose a ir a Diputados.
Pero también algunos legisladores macristas mostraron confusión por la decisión que enunció Negri. Esto despertó sospechas en todos los bloques, donde varias voces apuntaron que la crisis interna en Cambiemos ya es indisimulable.
Alimentando esta misma hipótesis del conflicto intra-oficialismo, Elisa Carrió hizo uso de la palabra. La chaqueña no se anduvo con vueltas y sinceró su posición: “Creo que esto lo debe resolver políticamente el Presidente”, dijo y agregó: “Lo denuncié cuando me llamaron a Olivos y me quisieron dominar con el radical (Ernesto) Sanz”.
La sesión terminó mal: la oposición decidió retirarse una vez que todos los partidos dieron sus opiniones contrarias al tarifazo. “Si es necesario vamos a traer a Aranguren por la fuerza pública”, dijo Sergio Massa (FR).
La virulencia del massismo fue notable. Graciela Camaño incluso denunció que, a través del decreto 893 de este año, Aranguren facilitó negocios a la empresa Shell, de la que fue CEO y en la que tiene acciones.
De modo que cuando el ministro acuda la semana que viene al Congreso, se presume que no sólo deberá responder sobre tarifas sino también sobre sus negocios privados, demasiado vinculados a su rol en el Ejecutivo.
