El odontólogo Ricardo Barreda, condenado a prisión perpetua por el crimen de su mujer, su suegra y sus dos hijas en 1992, volvió ayer a prisión al perder el beneficio de la libertad condicional, ya que un juez entendió que la convivencia con su pareja, Berta André, se tornó "peligrosa" para ambos.
La decisión fue tomada por el juez Raúl Dalto, quien aseguró que "la situación de peligro es inminente, producto de la combinación de la presunta debilidad mental de la señora Berta 'Pochi' André y el riesgo de provocar una reacción de Barreda".
"Entiendo que Barreda no puede seguir viviendo en esa casa (ubicada en el barrio porteño de Belgrano) y como no ha aportado ningún otro domicilio debe regresar a prisión", aseveró el camarista, que oficia en la causa de Barreda como juez de ejecución penal.
La orden del juez sacudió a la defensa de Barreda, que se enteró por los medios de comunicación del fallo judicial sin poder avisarle a su cliente, que estaba cortándose el pelo en una peluquería cercana a su departamento.
Los periodistas llegaron de inmediato al lugar para conseguir una declaración suya pero no la obtuvieron y a las 17.30 el odontólogo volvió a aparecer por la puerta del edificio de Vidal al 2300 pero esta vez esposado por policías que lo llevaron a la cárcel de Gorina, en cercanías de La Plata.
El odontólogo fue condenado en 1995 a la pena de reclusión perpetua por el homicidio de su esposa Gladys McDonald (57), su suegra Elena Arreche (86) y sus hijas Cecilia (26) y Adriana (24), episodio ocurrido el 15 de noviembre de 1992 en su residencia de calle 48 y 11 de La Plata.
El 23 de mayo de 2008, cuando permanecía alojado en la cárcel de Gorina, obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria y se trasladó para cumplirlo a la casa de 'Pochi' André.
Pero en enero de 2011 la Justicia le revocó la prisión domiciliaria por considerar que la había violado al abandonar su departamento sin autorización para trasladarse a una farmacia y lo envió nuevamente a Gorina.
Esta decisión fue luego modificada, admitiendo la excusa de "urgencia" argumentada por el odontólogo, y el 29 de marzo la Sala I de la Cámara Penal platense le concedió la libertad condicional por considerar que "excedía" la condena impuesta.
Barreda se fue a vivir entonces nuevamente con Berta al departamento que la mujer tiene en Belgrano, y un libro reveló detalles de la convivencia, que incluían una situación de maltrato psicológico.
