Diez ediciones de la Copa del Mundo fueron conquistadas por selecciones del fútbol europeo y nueve por las provenientes del suelo americano. Las últimas dos se quedaron en el viejo continente, por intermedio de Italia en Alemania 2006 y España en Sudáfrica 2010. Ésta, de vuelta en América del Sur, donde no se organizaba una desde Argentina 1978, tiene como gran candidato a ganarla al equipo del país organizador.
La final soñada está matizada por cuatro colores: verde y amarillo, por un lado; celeste y blanco, por el otro. Será en Río de Janeiro, ciudad donde la Selección sólo volverá si es que logra adjudicarse el primer puesto del Grupo F y, obviamente, se queda con el triunfo en las semifinales.
Brasileños, argentinos y uruguayos se han repartido los nueve títulos continentales. Desde la década del '50 en adelante, el pentacampeón sólo no festejó en la del '80; en el resto, dio la vuelta olímpica en Suecia '58, Chile'62, México'70, Estados Unidos'94 y Corea-Japón'02. Los celestes dominaron la primera mitad del siglo pasado, con victorias en Uruguay'30 y Brasil'50. Los albicelestes siempre celebraron dentro de América Latina: Argentina'78 y México'86.
Nunca hubo un número tan significativo de participantes americanos como en este Mundial: diez. Seis pertenecen al Cono Sur: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Uruguay. Los otros cuatro se reparten entre América Central y América del Norte: Costa Rica, Estados Unidos, Honduras y México.
Por uso y costumbre, más la anuencia de la FIFA, Europa siempre se reserva trece cupos; África tiene cinco representantes, Asia tres y Oceanía uno.
El cálculo es simple: nuestro continente cuenta con un tercio del total de representantes.
La chance de dejar la décima Copa en el joven continente es aún mayor, teniendo en cuenta que Messi y Neymar han nacido en estas tierras.