El nuevo horario de la Liga de Campeones europea se estrenó hoy en el Camp Nou con un notable fracaso de público.
En la tarde española, 13.55 de Argentina, las tribunas del estadio azulgrana ofrecían numerosas y ostensibles espacios en blanco cuando el Barcelona y el PSV Eindhoven saltaron a la cancha para disputar su primer partido de Champions de esta campaña.
Y aunque a medida que avanzaba el primer parcial, algunos asientos se fueron ocupando, resultó evidente que la idea del máximo organismo del fútbol europeo de que esta temporada se disputen encuentros a las 18:55 españolas no fue bien recibida por la hinchada azulgrana.
A esa hora, muchos de los socios del campeón español estaban aún trabajando o esperando a que sus hijos concluyeran sus actividades extraescolares, sin posibilidad de acudir a la cancha.
La hinchada del Barcelona ya se quejó del horario cuando, tras el sorteo de grupos, se supo que el equipo dirigido por Ernesto Valverde debutaría en la competición que más desea a las 18:55 locales, una hora, a priori, pensada para los choques en canchas rusas o del norte de Europa.
La dirigencia del club catalán, por su parte, dejó entrever que confía en que el Barcelona no tenga que disputar más partidos tan temprano. Quiere contar con el apoyo de toda su afición para intentar conquistar su sexta "Orejuda".