El nombre de la rosa se vuelve superproducción en varios capítulos

El jueves llega a la plataforma StarzPlay la primera serie basada en el célebre libro de Umberto Eco. John Turturro es el protagonista.

El nombre de la rosa se vuelve superproducción en varios capítulos
El nombre de la rosa se vuelve superproducción en varios capítulos

Es una de las novelas más famosas de todos los tiempos. Incluso es el libro que sacó a Umberto Eco, semiólogo, ensayista y medievalista italiano fallecido en 2016, del campo de la intelectualidad para volverlo una figura de masas (algo que a él también le gustaba). "El nombre de la rosa" ("Il nome della rosa") es una obra que parece no agotarse nunca en sí misma, por el nivel de profundidad de sus planteos filosóficos: el Apocalipsis, el dominio ideológico de la Iglesia, el miedo, el poder del conocimiento... y, por supuesto, el impecable policial que articula la historia y que alucinó a todo el mundo.

Era de extrañar, de hecho, que todavía no se hubiera hecho una miniserie sobre ella, puesto que desde la publicación del libro (1980) hasta la famosa película de Jean-Jacques Annaud habían pasado apenas seis años. Pero ahora es una deuda saldada, puesto que el italiano Giacomo Battiato se propuso la difícil tarea de condensarla en una miniserie de ocho capítulos de 50 minutos que se podrán ver desde el jueves en la plataforma StarzPlay.

Es una transposición al audiovisual difícil, decíamos, porque la opera prima de Eco en la literatura se destaca por todas las lecturas que se suman a su forma policial, que podríamos reducir así: Guillermo De Baskerville y su fiel aprendiz adolescente Adso (Damian Hardung) viajan a un perdido monasterio benedictino para investigar una serie de asesinatos muy extraños. De fondo, asistimos a los enfrentamientos que mantienen franciscanos y cristianos sobre la línea que debe adoptar la Iglesia respecto del exceso de posesiones o la austeridad para reinar, en una lejana edad media (siglo XIV).

Se suman en diferentes momentos el fanatismo religioso, el aciago clima de Apocalipsis y hasta la homosexualidad, en un misterioso entorno que tiene como máximo tesoro una inmensa biblioteca custodiada por Jorge de Burgos, un monje ciego y enciclopédico que -según declaró muchas veces el propio Eco- fue inspirado por el propio Borges (y la arquitectura de la biblioteca se inspira en su relato "La biblioteca de Babel").

Es el reconocido actor ítalo-estadounidense John Turturro quien se puso en la piel de De Baskerville, al igual que Sean Connery en la película citada. "Siempre hay un significado detrás del significado y detrás de ese, hay otro más. Es así como Eco abarca los temas modernos a través de Guillermo, la trama y los personajes. Habla de mujeres, religión, herejes y lujuria", comentó a Télam.

Lo acompañan en la producción, que data del año pasado, Adso (Damian Hardung), Fabrizio Bentivoglio (Remigio), Tcheky Karyo (el Papa), Roberto Herlitzka (Alinardo) y Rupert Everett (Bernardo Gui), entre más, y los "grandes artesanos" que hay en la industria cinematográfica italiana (a diferencia de la estadounidense, destacó Turturro), puesto que los desafíos de un diseño de producción histórico son enormes siempre.

Turturro, popular por protagonizar al exitoso escritor del filme de los hermanos Coen "Barton Fink" (por el que ganó el premio a Mejor Actor en el festival de Cannes), se viste con impecables túnicas y capuchas, en un entorno reproducido a la perfección y con el alto estándar de una serie internacional.  La producción tiene sello italiano, puesto que fue hecha por la RAI y también estrenada en una de sus señales.

"El libro también aborda la política moderna y el miedo a alfabetizar, hay grandes discursos y una enorme cantidad de filosofía que no se puede relatar en una película de dos horas. Presioné mucho para que se realizara este proyecto porque quería que Eco volviera a su propia historia", comentó, remarcando que una extensión de ocho capítulos da la posibilidad de ampliar mucho más el mundo narrativo y a la vez ser más fiel al propio autor. "Fue un trabajo arduo, pasamos los días tratando de descifrar el laberinto, lo que funcionaba y lo que no", aseguró.

Al respecto amplió, comparando con el célebre largometraje de 1986: "En una película de dos horas los personajes tienen que ser más grotescos. Nosotros nos concentramos durante un año en el guion para que las figuras de la serie sean tan complejas como las describió Eco en su libro, pero también para que sean más modernas", apuntó.

La oportunidad de redimirse

Pese a que la película de 1986 tuvo un gran éxito de audiencia (especialmente en España y Francia), fue acusada de demasiadas licencias al momento de adaptarse. Estrenada en Estados Unidos el 24 de septiembre de 1986 (tres meses antes que en Argentina), fue increíblemente olvidada por la Academia de Hollywood, que no la tuvo en cuenta en sus premios del año siguiente.

Así, la industria le dio la espalda a Jean-Jacques Annaud (quien estuvo en Mendoza en ocasión de "Siete años en el Tibet", película que dirigió). Pese a que había hecho una serie de concesiones para potenciar su exhibición, como hacerla hablada en inglés, eliminar complejidades teológicas y filosóficas que depuró del texto, y hasta cambiar el final -bastante más oscuro en la novela- por uno acorde a una sala de cine masiva.

Alguna vez Annaud dijo: "Creo que el concepto del mundo de Umberto es bastante más negativo que el mío. Allí es donde nos diferenciamos. Yo creo en la fuerza de la emoción, de la pasión, sin duda Eco cree mucho menos en ello, aunque también sea un apasionado. Nuestros orígenes son muy diferentes, él es un científico y yo me lanzo al drama humano, esa es mi especialidad". ¿Será esta serie la adaptación perfecta que el mundo estaba esperando?

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