Esta situación se debe al predominio de un fenómeno climático conocido como La Niña, que genera una disminución significativa de nevadas en la alta montaña produciendo un impacto directo en el caudal de los ríos.
Si bien durante el último período invernal la frecuencia de nevadas fue alta, la acumulación nívea estuvo un 30 por ciento por debajo de lo que se considera un año normal, lo que se tradujo en el noveno ciclo consecutivo con poca agua circulando por los cauces de montaña.
Afortunadamente, los modelos meteorológicos indican que la tendencia podría revertirse. La perspectiva a corto plazo es que para el año 2019 se desarrolle un evento de El Niño, condición climática opuesta a La Niña. Lo que todavía no puede predecirse con exactitud es cuál será el impacto que tendrá en la zona de alta montaña y si traerá un alivio a los cauces.
Ante la repetición de este ciclo de fenómenos climáticos, los especialistas aconsejan tomar las precauciones necesarias y aprovechar los periodos con mayor cantidad de nieve para garantizar la correcta irrigación de las zonas productivas de la provincia.