Con motivo del Tedéum del 25 de Mayo, el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Mario Poli hizo un claro llamado a la unidad de los argentinos a través de acercamientos concretos, siendo la dirigencia política la que debe dar el ejemplo. Exhortó "a gobernantes y pueblo a superar la confrontación" y buscar "el arduo y fecundo camino del diálogo" para lograr consensos que se necesitan, indudablemente, en este difícil momento que atraviesa el país.
Las palabras de monseñor Poli fueron expresadas casi en sintonía con el mensaje que previamente hizo llegar el Papa al presidente Mauricio Macri, también con motivo del festejo patrio. Francisco dijo en su carta al primer mandatario: “Pido al Señor que les acompañe en su desarrollo material y espiritual, propiciado por un clima de serenidad, paz y respeto".
El pensamiento de la Iglesia con respecto a la búsqueda de consensos y a la necesidad de dejar de lado enfrentamientos estériles no es nuevo. Marca una tendencia que la Iglesia argentina busca potenciar intentando evitar que la tirantez tan propia de las enemistades políticas argentinas termine obstaculizando los canales de diálogo y consenso que se requiere en este año electoral.
En la misma homilía, el arzobispo Poli hizo alusión a los índices de pobreza que se difunden oficialmente y que dan cuenta de la delicada situación social de millones de argentinos. Asimismo, invitó a la participación general de la ciudadanía, al señalar que "todos podemos ser portadores de la alegría largamente esperada por los que menos tienen en la Argentina si logramos que la solidaridad de muchos triunfe sobre la mezquindad de pocos", quien acotó al respecto que "la solución a lo que algunos estadistas llaman deuda social interna depende prioritariamente de nosotros".
Estos argumentos vertidos en el mensaje patrio ante el Presidente de la Nación y las principales autoridades de los tres poderes del Estado no hacen otra cosa que invitar a la fijación de políticas serias y duraderas en el tiempo en beneficio de los más necesitados y siempre en un marco de tranquilidad y responsabilidad.
El momento de la aguda homilía también fue propicio si tenemos en cuenta que el año electoral en marcha va tensando el clima social y político al ritmo de declaraciones y actitudes de los protagonistas de ese camino hacia el voto popular.
Cómo no respaldar el llamado efectuado a la templanza cuando desde las primeras filas de los organismos de derechos humanos se pretende poner en un mismo plano al actual presidente de la Nación con el ex dictador Videla.
¿Se busca mediante el voto en las próximas elecciones legislativas poner en consideración de la ciudadanía la marcha del actual gobierno o directamente lo que se pretende desde algunos sectores es fomentar un cuadro de situación que lleve a una actitud política de hostigamiento y desestabilización de las autoridades constituidas por voluntad popular?
De todos modos, también le cabe al actual gobierno amplia responsabilidad en el trazado del pretendido sendero del diálogo y el consenso. Muchos de sus principales exponentes más de una vez se ven tentados a asumir actitudes contestatarias y confrontativas en el marco de la polarización política que promueven parte del oficialismo y la oposición más reaccionaria, pensando solamente en las elecciones de octubre. En esa fecha los argentinos deberán plebiscitar la marcha de una gestión y para ello los votantes deben evaluar sobre propuestas, no sobre una metralla de acusaciones estériles.
