Su imponente fachada se aprecia desde la plaza Independencia y atrae incluso a turistas que preguntan si se trata de alguna especie de museo que puedan visitar. Pero su interior refleja el irremediable paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Se trata del edificio donde funciona el Colegio Nacional Agustín Álvarez, monumento histórico nacional con 106 años de historia.
Pueden apreciarse a simple vista techos descascarados y filtraciones varias que se acompañan con el mal estado de los baños y con una pared que da a calle Sarmiento que todavía es de adobe. Además, alumnos y profesores se quejan de la presencia de ratas y todo tipo de insectos.
Si bien hasta 1992 la escuela dependía de la Nación, desde ese año paso al Estado provincial. “En estos últimos años han sido muy escasos los fondos que hemos recibido y sólo para arreglos menores, siendo que es un edificio que es monumento y requiere muchos fondos”, explicó su directora, Lourdes Laborde.
Lo que ella solicita por el bien de toda la comunidad educativa es que se evalúe y mejore la situación del inmueble por el que transitan alrededor de 2.000 estudiantes en tres turnos: mañana y noche, que corresponden al Agustín Álvarez, y el turno tarde del Liceo Alfredo Bufano.
“Es un edificio que está colapsado, es mucho para una obra pensada para otra época con una realidad completamente distinta”, remarcó Laborde, aunque aclaró que se trata de una estructura antisísmica. “Necesitamos que se ponga en valor como patrimonio cultural, como una escuela ícono de la cultura mendocina”, reclamó.
Roturas y pericotes
En un recorrido por las instalaciones. Laborde mostró a Los Andes los sitios más deteriorados: baños, galerías, techos, biblioteca y canchas. "Los baños no están en condiciones. Habría que refuncionalizarlos o hacerlos de nuevo, tanto los de las canchas como los internos", expuso la directora. Luego comentó que el salón de actos ha tenido varios arreglos gracias a la colaboración de ex alumnos pero que todavía le falta.
“Se pintó hace dos años, pero ya no luce por las filtraciones del techo”, deslizó la docente. En lo alto se puede observar un tragaluz que tiene varios vidrios rotos.
En la biblioteca, el lucernario también deja ingresar el agua y las partes más altas de las paredes se ven sucias y descoloridas por no haber sido retocadas en años. “Muchas veces las filtraciones se resuelven limpiando las canaletas y desagües, pero los celadores no pueden hacerlo porque no los cubre el seguro”, indicó Laborde. En cuanto a la cancha que da hacia calle Sarmiento, precisó que tiene una intimación de la Municipalidad de Capital porque todavía conserva una pared de adobe.
Además del paso del tiempo, el descuido por parte de los estudiantes hace mella en las instalaciones. “Tenemos que pintar todos los años por el daño que hacen los alumnos. Nos encontramos con huecos y pintadas en las paredes”, narró la directora. Estas obras menores se pueden llevar adelante con los fondos que aportan las familias de los chicos a través de la inscripción voluntaria. “Con la pintura llegamos hasta los 2 metros, que es lo que se puede”, agregó Laborde.
Otra problemática que se repite es la rotura constante de bancos y sillas. “Al compartir edificio con otra escuela se hace difícil el control”, deslizó la directora del Nacional, y comentó que ayer, durante el inicio de clases -después del paro del lunes-, tuvieron que salir a buscar sillas por distintos sectores para que todos los alumnos tuvieran la suya.
Un tercer problema es la presencia de ratas e insectos porque no han podido desinfectar. “Hay muchas quejas, más sobre el tema de los pericotes y de los insectos. Hasta el personal se queja porque son picados”, reconoció. Si bien aseguró que desde el gobierno le depositaron $ 14.000 a principio de año, señaló que se utilizaron en gastos diversos, como papelería y otros insumos que necesitaban. “Pedimos presupuesto para desinfectar y desratizar y por los altos costos no hemos logrado hacerlo”, contó.
Lo que la deja un poco más tranquila fue que el 22 de febrero pasado dos arquitectas, en representación de la Provincia, fueron a relevar el estado del edificio. “Quedaron en hacer un informe y lo van a elevar para ver qué se puede hacer”, dijo Laborde.
Los alumnos lo sufren
Docentes y alumnos del Nacional conviven diariamente con estas deficiencias. “Hay veces que cuando llueve mucho se filtra tanta agua que algunos cursos quedan inhabitables y tenemos que reacomodar a los alumnos”, comentó la preceptora, Fernanda Chavarría. También contó que hay cursos en los que no se pueden abrir las ventanas, por lo que en los días de mucho calor los chicos se quejan constantemente.
Julieta, estudiante de 3° año, se lamentó por la cantidad de ratas que han visto en los cursos. “Hay pericotes que conviven con nosotros y a muchas compañeras mías les da miedo”, expuso. Mientras, su compañero, Pablo, destacó el mal estado de los baños y los techos, aunque reconoció que muchos chicos empeoran las condiciones del edificio. “Parece que no les importa rayar las paredes o romperlas. No se dan cuenta de que tenemos que venir todos los días al mismo lugar”, reflexionó el alumno.
Para la DGE no es prioridad
Desde la Subsecretaría de Infraestructura Social Básica, dependiente del Ministerio de Infraestructura provincial, reconocieron algunos aspectos que se tienen que mejorar en el Nacional, pero explicaron que de los 1.400 edificios escolares que tienen a su cargo se dio prioridad, en una primera etapa, a aquellos que tenían mayor urgencia de arreglos.
“El edificio de la escuela Agustín Álvarez, que comparte con la escuela Bufano, no se encuentra dentro de las urgencias, pero igualmente está tenida en cuenta para trabajar”, dijo Emilio Pastorino, subdirector de Mantenimiento y Reparaciones de esta subsecretaría.
Según comentó el funcionario, durante la gestión anterior se licitó la reconstrucción del muro de adobe. “Pero quedó desierta por los altos costos y no se hizo más nada. Ahora nosotros vamos a tener que hacer una nueva licitación”, señaló.
Con respecto a los baños, adelantó que ya se les hizo una orden de reparación para dejarlos funcionando correctamente. “El lunes próximo vamos a mandar una inspectora al edificio para corroborar el estado general”, se comprometió.