El muro de los lamentos

Palmira chocó con un rival que se metió atrás y se dedicó a cuidar el cero en su arco. No tuvo claridad para atacar y terminó cayendo en el embudo que propusieron los sanjuaninos. Ay...

El muro de los lamentos

No hubo manera de quebrar la voluntad de esos once sanjuaninos que aguantaron a pie firme las embestidas de un Palmira sin demasiadas ideas en ofensiva. El 0-0 fue soporífero para todos y el calor agobiante hizo que los 90 minutos fueran una pesadilla.

Hubo dominio de balón y territorio; aunque eso no se traduzca en ocasiones de riesgo. Independiente de Villa Obrera no intentó siquiera meter una contra matadora. Nada de eso.

Dejó pasar el tiempo, cada minuto se fue metiendo más atrás y le complicó la vida a los mendocinos con muy poquito. Como habrá sido de obvio el plan pergeñado por Marcelo Ontiveros que en la primera etapa, todos los volantes sanjuaninos fueron amonestados por demorar la ejecución de una pelota parada.

Así fue imposible romper el cero y Palmira terminó lamentando ese muro que le impidió preparar la revancha en San Juan con algo más de calma.

Los primeros 45’ se fueron sin pena ni gloria. No hubo nada que tenga el valor suficiente como para ser destacado. Choques, más choques y un equipo visitante que apostó a bajar la intensidad del rival con demoras en cada acción parada.

Y Palmira rápidamente entró en el nerviosismo de querer romper el marcador. Los pelotazos frontales fueron un negocio que le cayó mejor a la defensa sanjuanina y Fabián González sufrió másla temperatura sofocante que acción alguna donde tuviera que revolcarse.

Sin un nueve fijo, Palmira no tiene referencia ofensiva. Javier Villaseca va por afuera y Gonzalo Carmona no termina de adaptarse a la función que dejó con su salida Marcos Báez (ayer no pudo jugar por cuestiones de papeles).

Entonces, los volantes no encuentran alternativas para intentar llegar con juego asociado y el pelotazo aparece como recurso para romper la defensa. Ahí falla Palmira  y ayer quedó en evidencia. Báez podrá dar una solución a esa sequía ofensiva, pero mucho deberá repensar Antuña si pretende dotar al equipo de un mediocampo con más llegada.

Durante la segunda mitad, la determinación de no atacar fue más evidente aún. Independiente dejó en claro que su idea es definir la serie en su cancha, donde ganó todos los partidos que jugó, y apostó a eso. Salió redondo el plan y los abrazos finales así lo hicieron saber.

Desde el banco local llegaron las modificaciones pensando en hacer ancho el campo de juego, pero siguió fallando en la referencia ofensiva y recién sobre el final encontró dos acciones clarísimas como para romper el cero.

Primero fue un mano a mano donde Villaseca llegó exigido y permitió la tapada de González y luego, en la misma jugada, el centro de Ferro encontró la cabeza del delantero y el despeje sobre la línea de Cristian Amaya.

Párrafo aparte para el colegiado Matías Ramos, de Río Cuarto, quien dejó dudas en una clarísima acción donde un defensor visitante utilizó su brazo para despejar un centro que caía sobre la cabeza de Rodrigo Zapata. Clarísimo penal, donde la mano fue en busca del recorrido de la redonda. Sin embargo, el colegiado entendió que no hubo tal acción.

Lo positivo es que siempre existieron señales de querer ganarlo. Nunca se renunció a atacar ni a pelear el partido. Es cierto que un nuevo partido se abre de cara a la revancha, pero Independiente de Villa Obrera también debe pensar como saldrá en su cancha. No mostró argumentos válidos como para pensar que será  muy superior en la revancha. Ayer, al menos fue un lamento.

Raúl Antuña: "No vamos a cambiar la forma de jugar para la revancha en San Juan"

“Me voy conforme por el rendimiento del equipo a lo largo del partido. Hasta tres cuartos de cancha tuvimos control de balón y terreno. Obvio, somos conscientes que no fuimos claros a la hora de ejecutar. Nos faltó el último pase. Creo que tendríamos que haber tenido más chances por el hecho de ser locales”, analizó el DT.

“Cuando el rival se mete atrás, por ahí con una pelota parada lo abrís, pero no fuimos precisos, no supimos ejecutar y no pudimos cambiar la historia. Igual creo que tenemos que mejorar el aspecto ofensivo, no llegamos demasiado y eso es algo que tenemos que cambiar”.

“No vamos a cambiar la manera de jugar en San Juan. Siempre el mensaje fue el mismo: vamos a salir jugando. Claro que nos vamos a tener que adecuar al reducto que ellos nos ofrezcan, pero tenemos que cristalizar en la red lo que generemos. Será fundamental para nuestras aspiraciones”, cerró, optimista.

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