El mundo laboral afronta un giro de 180° y los empleos dejarán de ser como los conocemos

Los empleos vitalicios dejaron de existir, dando paso a tendencias nuevas que comienzan a pisar fuerte en Mendoza.

El mundo laboral afronta un giro de 180° y los empleos dejarán de ser como los conocemos
El mundo laboral afronta un giro de 180° y los empleos dejarán de ser como los conocemos

El mundo no es el mismo de hace 50 años, ha cambiado radicalmente y con él, su población. Las ciudades han crecido, la esperanza de vida ha aumentado, las parejas ya no funcionan de la misma manera, la palabra familia es mucho más amplia, el amor es inclusivo, la discapacidad ya no se esconde, los jóvenes no se casan sino que eligen viajar por el mundo, en fin; nada es como antes. Y, en ese giro de 180°, el mundo laboral ha tenido transformaciones asombrosas. Este mercado, tal como lo conocieron los "baby boomers" (nacidos entre 1946 y 1960) no existe más o, mejor dicho: presenta claros signos de agonía. Cumplir horario, sentarse siempre en el mismo escritorio, trabajar con las mismas personas, perpetuarse en una actividad, hacer todos los días lo mismo… son características que van perdiendo fuerza a medida que los millennials desembarcan en este mundo.

Este cambio se presenta como inminente, ya que la nueva fuerza de trabajo estará liderada por esta generación que, según la consultora Deloitte, representa el 35% de la población laboral de América Latina y para 2025 será 75% de la fuerza laboral del mundo. Pero no vienen solos, sino que poco a poco suben al escenario laboral los llamados centennials (jóvenes nacidos a partir de 1997). Ambas generaciones parecen querer cambiar el mundo en el que vivimos, especialmente en las formas de trabajar.

“El mundo laboral actual tiene que prepararse para las nuevas generaciones, para responder a sus necesidades y para que su paso por una actividad económica, no sea un pesar, sino una experiencia renovadora”, analiza la psicóloga laboral Analía Calderón. Si el mundo ha cambiado en tantos sentidos, “¿cómo pueden seguir subsistiendo formas de trabajo que está demostrado, son obsoletas? No hacen más que generar sentimientos de frustración y desgano en la nueva clase trabajadora” (haciendo referencia a estas generaciones).

Las formas de trabajo que se creían del futuro o, que se pensaba solo existían en otras regiones del mundo (con una idiosincrasia diferente a la latinoamericana) han comenzado a permear en la sociedad argentina. "En el país existe un alto porcentaje de jóvenes que dejan sus puestos de trabajo para vivir de forma independiente, generar sus propios proyectos o, formar parte de empresas u organizaciones que funcionan de acuerdo a sus intereses y necesidades y no como meros empleados serializados", agrega la profesional. Se trata de trabajos que giran en torno a "la libertad, al desarrollo profesional pero también personal, a las ideas, a la creatividad, a espacios colaborativos y, sobre todo, tiempos flexibles".

Así es como comenzaron a aparecer, los "freelance", los "coworking", el "teletrabajo" o "home office", el "smart working". Pero también, grandes organizaciones que entendieron las necesidades de estas generaciones y ampliaron la forma de "trabajar". Al estilo Google, Facebook, Youtube, Mercado Libre; muchas son las marcas que apuestan por jornadas flexibles, trabajos ligados a objetivos, equipos de trabajo, mesas redondas, zona de juegos, relax con chopera, barkling (llevar mascotas a la oficina), ir en bicicleta al trabajo, plan maternal, buen clima laboral, entre otras iniciativas.

Mundo emprendedor

Muchos mendocinos apuestan por el desarrollo independiente. En la provincia, ha crecido el número de emprendedores hasta un 25%. Este dato, brindado por la Dirección de Economía Social y Asociatividad de Mendoza, muestra el interés de progresar en forma autónoma ya sea por no encontrar un puesto de trabajo en un mercado cada vez más agonizante o, la convicción de hacer algo por sí mismos.

La alternativa del coworking  


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

En los coworking de Mendoza, se encuentra un amplio abanico de edades. Por ejemplo, en Atix Coworking, Nicolás Gutiérrez  comenta que quienes apuestan por este espacio son aquellos grupos etarios entre 25 y 45 años. En Whale Quinta, Whale Chacras y Grape en donde la edad de los creativos depende del espacio. "Rondan entre los 25 a los 35. Sin embargo, tenemos en un sector muchos chicos de unos 20 años que trabajan de programadores", destaca Roberto Drazich, propietario de estos espacios.

Por otro lado, creer que estos nuevos entornos laborales son exclusivos para jóvenes, es un error. "Son muchos son los que quieren emprender o potenciar su campo laboral. Entonces, encontramos personas de diferentes edades explorando nuevos caminos con intención de capitalizar sus conocimientos y compartirlos con otros", señaló Calderón.

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