Aunque en la provincia casi no se ven circular trenes, salvo algunos de carga (a pesar de la promesa de que volvería el tren de pasajeros a nuestra provincia), desde ayer están abiertas las puertas del Museo Ferroviario de Godoy Cruz, en las legendarias instalaciones de la ex estación Benegas, en el distrito del mismo nombre.
El complejo es una integración de trabajo y esfuerzos entre la Municipalidad de Godoy Cruz y la Asociación Ferroclub Trasandino (AFCT), una entidad civil que mantiene vigente la historia ferroviaria y su proyección en el tiempo.
En las remodeladas instalaciones, el público podrá apreciar un guión museológico y una muestra museográfica desarrollada en cinco salas, tres de ellas con piso de madera y dos con suelo de piedra, como eran los antiguos espacios de encomiendas.
El guión tiene como objetivo dar a conocer la historia del ferrocarril en Inglaterra y su posterior desarrollo en el mundo, hasta llegar a Mendoza.
Las salas están decoradas con fotos de gran tamaño de viejas y emblemáticas locomotoras, en medio de paisajes cordilleranos. Su autor es un conductor de esas máquinas, Julio Monzalbo, octogenario.
En el último ambiente de la casona se instaló la que podría considerarse como la vedette de la muestra: una maqueta de ocho metros de largo por tres metros de ancho, que recrea un sistema ferroviario parecido al Trasandino. En esa estructura se empeñaron el presidente de la AFCT, Rubén Lépez y, especialmente, Jorge Luis Guevara, quien ayer al mediodía se esmeraba en dejar en condiciones los 93 metros de vías por donde circularán réplicas a escala de antiguas locomotoras, como la G 12 (General Motors), Alco y hasta una norteamericana, de la marca Burlington.
Incorporaciones
Una de las últimas incorporaciones al acervo del museo son reproducciones de faroles Linley, utilizados para alumbrar plataformas ferroviarias, que realizó el socio Ricardo Martinengo. Se exhibirán en la galería exterior y se guardarán al término de cada jornada de exposición.
También agradará al visitante el recinto donde se exhibe la vestimenta de diversas empresas, como Trenes Argentinos, la brasileña América Latina Logística (ALL), y por sobre todo, la indumentaria clásica de un guarda del expreso El Libertador y de un camarero (perteneció a Armando Girola, ya fallecido), que a muchos observadores les traerá añoranzas de viajes en tren a Buenos Aires.
Asimismo, y desde hace pocas jornadas el acervo se enriqueció con un carro de equipajes del Ferrocarril General San Martín, con sus colores originales. Además resalta el sector de herramientas de gran porte de vías y obras; un mueble boletero con un fechador de boletos, ambos elementos de origen inglés, y un curioso aparato de color amarillo para medir la temperatura del riel en la topografía de montaña.
Una novedad de esta colección es que periódicamente irá rotando los objetos, mostrándose otros uniformes, nuevas ilustraciones gráficas y otros elementos.
“Es una manera de conseguir que el público encuentre variadas opciones cuando repita las visitas”, sostuvo el jefe del Departamento de Patrimonio Cultural del municipio, Marcelo Nardechia.
El museo estará abierto todo el año, en horarios determinados (ver aparte), con especial dedicación a alumnos del ciclo primario, que luego de la recorrida serán invitados a desarrollar en plastilina los objetos que apreciaron en la muestra, tarea que se cumplirá en carpas instaladas en el sector sur del parque.
Por otra parte, los mentores del emprendimiento no descartan la posibilidad de traer a futuro un vagón, donación mediante, para hacer proyecciones de videos y documentales. No descartan tampoco conseguir una autovía y una zorra.
En su "salsa"
Antes de la apertura de este espacio patrimonial y cultural se presentó en el lugar el ex ferroviario Javier Aciar (74), quien fue antaño oficial ajustador de los Talleres Diesel Mendoza. Hijo de ferroviario, Aciar trabajó 37 años en el sistema hasta que fue cerrado en 1993. Para dejar testimonio de su reconocimiento al trabajo de los ferroaficionados y municipales, Aciar donó una "reliquia": un manual de descripciones técnicas e instrucciones de la casa Ganz, de origen húngaro, fabricantes de los coche motores Ganz. La obra data de 1939.
Por su parte, los esposos Pedro Sáez y Rosa Brico, del barrio Trapiche, están entusiasmados con la nueva oferta del parque Benegas. “Esto es precioso, tenemos que cuidarlo entre todos y ojalá haya seguridad permanente”, dijeron.
También el ingeniero Pablo Anglat, gran entusiasta de los rieles, saludó la puesta en marcha del reducto ferroviario e invitó a conocerlo a través de Facebook, con la expresión “hoy (por ayer) es el gran día”.