El mundo despide al expresidente francés Jaques Chirac, quien murió ayer a los 86 años. El antiguo mandatario, que dirigió el país de 1995 a 2007, llevaba años retirado de la vida pública. En 2005 había sido víctima de un problema vascular cerebral.
El mundo político francés comenzó a rendirle homenaje ni bien se conoció la noticia de su deceso. Desde anoche, el Elíseo abrió sus puertas para que los franceses puedan presentar sus condolencias hasta el domingo.
Su funeral se celebrará el lunes en la iglesia de Saint Sulpice, uno de los mayores edificios religiosos de la capital, y ese mismo día tendrá lugar una jornada de luto nacional en su honor, según anunció la Presidencia gala.
"Fue un hombre de Estado que supo representar a la nación en su diversidad y complejidad", lo elogió el presidente, Emmanuel Macron.
"Gracias a Jacques Chirac por su acción en favor de la Torre Eiffel", fue el mensaje de la cuenta de Twitter del monumento galo, que anoche apagó sus luces a las 21 en homenaje al exmandatario.
Chirac será recordado como el más duro crítico europeo de la invasión estadounidense de Irak para derrocar a Saddam Hussein en 2003, era un defensor de un mundo "multipolar" donde Estados Unidos no fuera el único país dominante del planeta.
Triunfos y derrotas
Su carrera política estuvo signada por grandes derrotas y arriesgadas victorias que lo ayudaron a mantenerse entre la flor y nata de la política francesa.
Nacido en París el 29 de noviembre de 1932, el exmandatario fue primer ministro entre 1974-1976 y 1986-1988; alcalde de la capital francesa (1977-1995) y presidente de Francia durante doce años (1995-2007).
Era el hijo único de una familia acomodada originaria de Correze.
Chirac se formó en la prestigiosa Escuela Nacional de la Administración, donde estudió también Macron. En 1967 fue elegido diputado gaullista de la Asamblea Nacional y en 1976 renunció como primer ministro por diferencias con el presidente Valery Giscard D' Estaing y formó la Agrupación por la República (RPR), de ideología conservadora.
En marzo de 2003, durante la invasión de Irak para derrocar al presidente Hussein, a quien Washington acusaba de poseer armas de destrucción masiva (que nunca fueron encontradas) Chirac mantuvo discrepancias con el entonces presidente norteamericano George W. Bush. Esa postura le valió una gran popularidad en el mundo árabe.
Francia lideró junto a Alemania y Rusia la oposición a la invasión de EE.UU.
Antes de la Guerra de Irak, el 23 de enero de 2003, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, señaló a un grupo de periodistas extranjeros: "No veo a Europa como Alemania y Francia. Pienso que ésa es la vieja Europa. Si uno mira toda Europa, su centro de gravedad pasó al Este".
A pesar de sus diferencias, Bush y Chirac se sacaron una foto el 2 de junio de 2003, en Envian, Francia, durante la realización del G-8. En aquella oportunidad, Bush dijo que su enfrentamiento con Francia por lIrak era cosa del pasado, pero francés insistió en su visión "multipolar" y señaló: "No dudo que (este punto de vista) tiene una mayoría amplia en todo el mundo".
Su posición contraria a la guerra en Irak le trajo simpatías de varios líderes mundiales y también de sus compatriotas, pero en 2005 convocó a un referéndum a la Constitución Europea, triunfando la posición del “no”.
El 19 de enero de 2007, Chirac rindió homenaje a lo judíos que fueron deportados a los campos de exterminio con la complicidad del régimen pro nazi de Vichy en la Segunda Guerra Mundial.
El mandatario presidió una ceremonia en el “Muro de los Justos”, donde están los nombres de 2.646 franceses que salvaron la vida de judíos durante dicha contienda bélica.
Chirac ganó las elecciones presidenciales de 2002, viviendo momentos de zozobra luego de que Jean Marie Le Pen, líder del ultraderechista Frente Nacional, pasara a la segunda vuelta. Pero se impuso gracias al apoyo de los socialistas.
Su buena imagen no alcanzó a enturbiarse ni cuando en 2011 se convirtió en el primer expresidente galo condenado por corrupción.