El martes, contra Nigeria, se juega una de las primeras finales que la Selección Argentina deberá afrontar en territorio ruso (ojalá no sea la última de ellas). Un triunfo ante las Águilas Verdes y una derrota o empate de Islandia contra Croacia depositaría al equipo del cuestionado Jorge Sampaoli en octavos de final.
Sin embargo, hay otro mundial que se está jugando del otro lado del Atlántico, uno más vergonzoso y que Argentina está ganando -tal vez por goleada-: el de las malas noticias.
Cada da de este viaje me ha demostrado que el nico problema que tiene la Argentina somos los argentinos. Lo peor de todo es que encima nos sentimos cancheros.
Videos sexistas
Dos argentinos ya fueron identificados y se les prohibió la entrada a los partidos que quedan, luego de que se filmaran haciendo "chistes" en los que se burlaban de una niña y una mujer rusa, respectivamente, aprovechando su desconocimiento del español y haciéndolas repetir expresiones vulgares y sexuales. Los videos no tardaron en viralizarse y propagarse, así como tampoco los repudios y condenas públicas y sociales hacia dichas actitudes.
El primero de estos casos -que llegó a tomar trascendencia mundial- fue el de Fernando Penovi (47), el dueño de una concesionaria de autos en Buenos Aires que viajó a Rusia y filmó a una chica rusa mientras la hacía repetir consignas machistas. El episodio tomó trascendencia diplomática, luego que las autoridades rusas exigieran una disculpa pública. Y los reproches y condenas públicos en redes sociales se siguen sucediendo.
"Me arrepiento de lo que hice, no tengo nada en contra de las mujeres, era un video para que quede entre pocos amigos", fue el primer intento de pedido de disculpas que elaboró el hombre.
A raíz de este hecho, la Embajada Argentina en Rusia, el Ministerio de Seguridad argentino y el comité organizador del Mundial decidieron prohibirle a Penovi el ingreso a cualquiera de los partidos de la Copa del Mundo. El hombre ya armó sus valijas y volvió al país.
"Lamento lo que pasó. Me equivoqué. Pido perdón a todos",. declaró el hombre apenas pisó suelo argentino en Ezeiza.
Ya con Penovi en el centro de la escena y con la efervescencia aún alta, en las últimas horas se conoció el caso de otro "gracioso" -o intento de gracioso- argentino en Rusia. Se trata de Claudio Fitterer (de Bahía Blanca), quien no solo viajó a Rusia para alentar a la Selección sino también para divertirse filmando a otra mujer local haciéndola repetir groserías -aprovechando que tampoco la víctima sabe español-. Y para mostrarse -en el mismo video- festejando luego de cumplir su objetivo, como si se tratara de una nueva victoria (quizás la segunda victoria en el Mundial de la Vergüenza que están ganando los argentinos).
Como no podía ser de otra manera, a Fitterer también se le prohibió ingresar a cualquier otro partido mundialista. Y sus acciones también encontraron un fuerte rechazo público en redes sociales.
A las manos y afuera
Los "vivos de los videos" no son los únicos que han sumado puntos para el Mundial de la Vergüenza. Un grupo de al menos 6 argentinos que fue filmado agrediendo cobardemente a un hincha croata en los pasillos del estadio luego del 0 - 3 contra esa selección también ha sido condenado en el mundo entero.
Unos valientes de buen perder pic.twitter.com/TwmdO0lfP8
Al igual que con Penovi y Fitterer, el Ministerio de Seguridad de la Nación trabajó en conjunto con las autoridades de seguridad del estadio de Nizhni Nóvgorod. Y 4 de los argentinos involucrados fueron identificados. También se les retiró la credencial, por lo que tampoco podrán ir a otros partidos o Fan Fest de las distintas sedes.