Fue la revancha del Morro García frente a Talleres de Córdoba. Las vueltas de la vida y del fútbol hicieron que el delantero de Godoy Cruz se tomara una especie de “venganza” deportiva.
¿Por qué? Sencillo. El miércoles 15 de febrero de este año, luego de ser marginado por Lucas Bernardi por su mala condición física y futbolística, el delantero viajó a Córdoba para sumarse a Talleres pero no pasó con éxito la revisión médica y tuvo que regresar a los entrenamientos del Expreso.
“El Club Atlético Talleres informa que luego del análisis de los resultados de la revisación médica realizada al jugador Santiago García, se ha tomado la decisión de no concretar su incorporación en esta temporada”, reflejó el comunicado emitido en su momento por la institución cordobesa.
Lo curioso del tema es que nadie más (ni de Talleres ni de Godoy Cruz) informó absolutamente ningún otro detalle de manera oficial respecto de qué lesión tenía el Morro García para no haber superado la revisación. En consecuencia, comenzaron tejerse un montón de versiones.
“Microdesgarro”, se oyó desde Córdoba. “Exceso de peso”, dijeron otros. Lo cierto es que en mayo reapareció en un duelo ante Defensa y Justicia (0-0) y luego fue fundamental con sus goles en partidos clave como el clásico cuyano ante San Martín de San Juan, donde el Morro se anotó con un doblete.
“Que se buscara un pase fue una determinación de los dirigentes. En su momento no me afectó que se cayera el pase, yo estoy feliz en Godoy Cruz. Por algo pasaron las cosas”, dijo después de ese partido. Y ayer, justo ante la T, ajustició a Guido Herrera en el último minuto y le dio una gran alegría a los hinchas del Tomba... y también de Belgrano.
Cambiaron la pilcha
Godoy Cruz salió con camiseta blanca y rayas finas de color bordón, pantalón y medias también bordó. El árbitro Herrera cuestionó el color de los pantalones y medias: “me dijeron que salían con pantalón y medias blancas”.
Pero en el estadio Malvinas, la utilería mendocina no tenía. Entonces Javier Gandolfi, el capitán de Talleres, preguntó qué pasaba y decidió que todo su equipo cambie medias y pantalones, para que haya un equipo con esas indumentarias oscuras y otras claras. “No pasa nada”, dijo Gandolfi al referí, quien agradeció el gesto.
Todos los jugadores de Tallares se fueron al vestuario a cambiarse y salieron con pantalones blanco y medias a rayas blancas y azules. El incidente derivó que el partido comenzara con 13 minutos de retraso.
Uno por uno
Leonardo Burián. Alguna salida insegura, un par de rebotes en el inicio, pero cerró la tarde con tranquilidad.
Luciano Abecasis. Fue superado varias veces por su lateral y sólo por su oficio pudo controlar otras ocasiones.
Leonel Galeano. Lideró una zaga que muchas veces se vio desbordada por inferioridad numérica. Cumplió.
Diego Viera. Otro que aportó oficio, aun cuando dio ventajas por la inactividad, para soportar los embates rivales.
Facundo Cobos. Lidió con el mejor tandem de la "T": Menéndez - Leo Godoy y fue casi inexpugnable.
Felipe Rodríguez. Buenas malas. Arrancó por derecha, robó varias y pisó el área. Luego, de doble cinco, bajó.
Fabián Henriquez. Aceptable primer tiempo que terminó empañado por jugar siempre al límite. Roja merecida.
Gastón Giménez. Poco tiempo para pensar, se tuvo que poner el overol, como pocas veces y no desentonó.
Juan F. Garro. A la entrega de siempre le sumó el gol. Ese optimismo que lo ayuda a disimular otras falencias.
Javier Correa. Enorme sacrificio para colaborar en la marca cuando faltaba uno. Eso lo alejó de su hábitat: el área.
Santiago García. Por mucho rato fue único punta y las aguantó a todas. Generó el primer gol y definió el segundo.
Juan Andrada. Ingresó justo para equilibrar el medio. No le sobró nada pero aportó sacrificio.
A. Verdugo y Á. González. El primero fue decisivo para volcar el resultado. Angelito no tuvo tiempo para demostrar.