Queremos una mascota. Buscamos, compramos o adoptamos la indicada. La llevamos a casa, la ubicamos en un espacio acorde a sus necesidades, le damos alimento y cariño. Pero la tarea no termina ahí. Una vez que asumimos la responsabilidad de tenerla, su esparcimiento es uno de los detalles a tener en cuenta. Las mascotas necesitan momentos de recreación, esto los estimula y ayuda a crecer.
Los perros necesitan salir de paseo con frecuencia. Tenerlos mucho tiempo encerrados en casa y sin compañía puede provocar en ellos conductas agresivas y volverse más destructivos. Como buenos descendientes del lobo, tienen impulsos naturales como olfatear, marcar territorio y relacionarse con otros perros.
Necesitan descargar su ansiedad y el ejercicio diario es una técnica adecuada para evitar que el animal se sienta frustrado y tenga conductas inadecuadas. Además genera un lazo de confianza mayor entre el dueño y el animal. Los médicos veterinarios aconsejan sacarlos a pasear, como mínimo, entre dos y tres veces al día. De no ser así, el animal es sometido al estrés, depresión y aislamiento.
Los paseos se organizan en función al perro y sus necesidades. No todas las mascotas son iguales ni reaccionan de la misma manera ante este ejercicio, por lo que si es un perro que vive en un departamento y no sale mucho, es importante incentivarle su recreación: que corra, que juegue en el pasto y haga todas sus mañas, comenta Mariano Córdoba, un joven mendocino estudiante de Arquitectura, amante de los canes que dedica su vida a pasear perros.
Y agrega que, hay casos de perros de ciudad que necesitan un entrenamiento porque no están acostumbrados a pasear una hora entera, incluso todos los días. Entonces se les trata de enseñar a respetar los cruces de calles, a esperar en la esquinas, caminar entre la multitud, para que pueda manejarse con estos patrones y así desempeñarse con total normalidad en el ámbito en el que vive.
Si logramos cumplir con las recomendaciones de los facultativos una buena dosis de ejercicio beneficiaría mucho al can. El paseo canino reduce la ansiedad y el estrés. Y si es constante, logramos que el animal coma y duerma mucho mejor. Algo muy importante a destacar es que sociabilizan con otros perros -dice Córdoba-, mejorando así su relación con ellos. Además, la ejercitación es fundamental para perros con sobrepeso así como también para aquellos que son muy adultos.
Preparativos para salir de paseo
Estipular el tiempo de duración del recorrido. ¿Con cuánto tiempo contamos para salir de paseo con nuestra mascota? A partir de allí podremos organizar la ruta de viaje, los lugares a recorrer y los espacios para descansar. Tengamos a mano varias rutas, ya que, el animal tiene la capacidad de reconocer lugares, olores y, si siempre lo llevamos al mismo lugar, esto puede generar estrés en el can, además de volverse territoriales y agresivos.
El collar y correa son indispensables antes de salir a ejercitarnos ya que son elementos de protección y control del animal. Esto evitará que se pierda o que cruce las calles sólo, corriendo riesgos de ser atropellado. Hay que tener paciencia y acostumbrar al perro a usar correctamente su correa, ésta debe ser un elemento de protección, no un límite. O sea, es importante colocárselo para que pueda caminar a la par con el paseador, pero no llevarla en forma tensa, sino suelta y distendida.
Es aconsejable sacar de paseo al perro cuando éste esté en calma, tranquilo. Colocarle la correa en forma segura, que no apriete el cuello del animal, pero que tampoco está demasiado suelta. Debemos evitar caminar con el perro tirando de la correa, ya que eso genera en el animal el tirar más fuerte.
Tomar los recaudos necesarios en caso de que la hembra entre en celo. Evitar sacarla de paseo o, en caso de salir, extremar los cuidados.
No olvidar llevar la bolsita de los desechos para luego depositarlas en los cestos de basura más cercano. Esto también contribuye a una buena socialización.
Durante el paseo
Evitar soltar al animal. El ejercicio con correa es muy necesario no solo porque protege a la mascota sino que refuerza el vínculo entre paseadores.
Es recomendable que la caminata dure 30 minutos como mínimo, si es que queremos obtener buenos resultados. Según Mariano Córdoba, los paseos tienen una duración de una hora. Durante esa hora se recorren distintos puntos de interés según la proximidad del paseo.
Generalmente el tiempo se organiza en tres partes, durante veinte minutos se camina a un ritmo constante, luego unos veinte minutos de esparcimiento y, otros veinte, de caminata.
Podemos darles de beber, pero no es recomendable que coman durante el paseo. Deben evitar ingerir alimentos al menos una hora antes de salir.
En invierno, hay que cuidarlos del frío. Los días soleados y con más fuente de luz son los mejores para pasear. No así, cuando llueve o nieva. Ahora, en verano, es importante permanecer en la sombra, no sobreexcitar al perro y tener una fuente de agua cercana. Del mismo modo, no salir en horarios de mayor exposición solar, controlar que en los lugares de caminata, el piso no esté muy caliente, ya que puede dañar sus patas.
Que las ocupaciones diarias no nos impidan salir de paseo con nuestros amigos de cuatro patas. No solamente le hace bien al animal, sino que refuerza lazos entre amo y mascota. En caso de no poder cumplir con esta tarea diaria, sepamos que existen en la ciudad personas preparadas y de confianza para hacer el trabajo por nosotros.
Ellos son los paseadores de perros. Los costos por el servicio oscilan en $50 por hora una vez a la semana; tres veces por semana, $40 la hora; de lunes a viernes, $30 la hora.
