Por Jorge Sosa - especial para Los Andes
Allá en la época de Carlos Menem, (perdón por el recuerdo), nos quisieron vender la paila. Bueno, entre otras cosas que vendieron como aerolíneas, caminos,ferrocarriles, energía, hidrocarburos y varios etcéteras más.
La paila que nos quisieron vender fue que teníamos relaciones carnales con los Estados Unidos y que habíamos entrado al primer mundo.
Inclusive Carlitos, se puso a emular a Verne y supuso que un vehículo estratósferico haría viajes permanentes para unir Córdoba con Japón. No, si hemos escuchado pavadas de nuestros gobernantes, pero pocas como en esa época.
Las relaciones carnales con los Estados Unidos eran ciertas, solo que los que se bajaban los pantalones y se agachaban eran nuestros funcionarios. Y en cuanto a que habíamos entrado al primer mundo, no solamente fue una mentira, sino que fue la suposición de que realmente a los argentinos nos interesa ser como los del primer mundo.
Por ahí escucho decir, a nivel seriamente cómico que la culpa de nuestros males la tuvo Liniers, porque si no se hubiera opuesto a las invasiones inglesas ahora todos seríamos rubiecitos de ojos claros, hablaríamos inglés, y perteneceríamos a la Commonwealth. Quienes dicen esto suponen que nos hubiera ido como le fue a Canadá, o a Australia, o a Estados Unidos. No sé porqué no nos hubiera ido como Pakistán, como la India, como Bangladesh, donde los ingleses sembraron miseria, infortunio y muerte.
Los que dicen eso se aferran al ideal del modelo del primer mundo. Sería bueno plantearnos si ese es el modelo que queremos. Seguramente en torno al bienestar económico de sus habitantes lo desearíamos, porque al menos la mayoría vive una situación desahogada y las contingencias de salud, educación, alimento, televisión, auto, aire aconcidionado y pororó para el cine está asegurada.
Pero atendamos estas cifras. Son los países del primer mundo los que se llevan el 80% de la renta del planeta, o sea, los otros paísitos que se creen dueños y señores de sus paísitos, solo están alquilando un país a sus verdaderos dueños. El primer mundo produce el ochenta por ciento de la contaminación que está poniendo al borde del infarto al planeta. El primer mundo produce y vende el 90 % de las armas con que los países del tercer mundo suelen despachurrarse. El primer mundo ha incentivado desde sus oficinas blindadas las tiranías, las dictaduras, y muchas veces los magnicidios y la esclavitud. El primer mundo tiene las estadísticas más elocuentos en suicidios, y los casos más frecuentes de asesinos seriales.
¿Este es el modelo que realmente queremos imitar? ¿A ese primer mundo es al que nos quería subir el Carlos Mendez de nuestro reciente pasado?. Yo creo que deberíamos tener una aspiración más noble, y más allá de pretender justicia social, tener jubilaciones dignas, realzar la eduación, atender la salud, eliminar la desocupación, podríamos desear ser un país solidario con los países más pobres, abierto a la cooperación internacional, amante de la paz y de la ecología. Porque sino, muchachos, directamente pidamos ser la estrella 53 de la bandera con barras y estrellas.
