Los planteos existencialistas de la tragedia permanecen vivos y en búsqueda de una respuesta, que va mutando con el paso del tiempo. Y el mito de Antígona de Sófocles fue la punta de lanza para que la actriz, directora y dramaturga Valeria Folini tomara la tragedia y la moldeara a su antojo.
Desde hace 22 años, la artista, que forma parte de la compañía Teatro del Bardo interpreta el unipersonal "Antígona, la necia", que llega por primera vez a Mendoza en el marco de su gira nacional y ofrecerá una única función, esta noche en el teatro Cajamarca.
Del mito al cuestionamiento
Antígona nos enfrenta a problemas que el hombre ha resuelto con mejor o peor suerte, pero nunca definitivamente. Ella debe enterrar a su hermano. Hasta allí ningún conflicto. Una mujer que desea cumplir con una ley moral, personal, familiar, cultural: "enterrar a los muertos". A la voluntad de Antígona se opone la de un tirano que representa al Estado: "Creonte ha prohibido verter lágrimas por él y enterrarlo". Una medida ejemplificadora para el resto de la sociedad.
"La obra se estrenó en el '98 en Salta y a partir de ahí esta es la quinta versión. Cambia la puesta, el vestuario, la dramaturgia. Es una historia que siempre me interroga y hace 22 años que la hago y sigue vigente", sostiene la entrerriana Valeria Folini que, bajo la dirección de Walter Arosteguy, remoza la puesta y enfoque. En escena la actriz se desdobla en los distintos personajes. "Lo político sobre la obediencia, la tragedia con su complejidad semántica y una reflexión metateatral de por qué se hace teatro", detalla Valeria sobre las aristas que plantea la dramaturgia.
Con una estética propia y mirada contemporánea, el público es partícipe de la construcción dramática. "Hay una relación con el público y hay mucho del discurso de la obra que conduce el público. Mientras sigamos como sociedad aceptando lo que nos es dado, sin pensar, vamos a seguir en el problema de la naturalización", concluye la actriz.