Desde siempre fue considerado héroe y villano, el personaje más controversial en la alimentación. Pero que tiene muchos adeptos no hay ninguna duda, hablamos del huevo y la pregunta que surge es cuánto influye negativamente en nuestra salud, en nuestro colesterol.
Silvina Tasat, miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición, en diario La Nación, hizo algunas aclaraciones: "Hoy se sabe que el colesterol total circulante no tiene correlación estricta con el colesterol que ingerimos, sobre todo cuando los alimentos no son ricos en grasas saturadas, como es el caso del huevo".
Entonces, ¿el huevo quedó libre de culpa? La respuesta es un poco más compleja que un sí o un no, ya que dependerá de cómo se lo ingiera. Según Tasat, es aconsejable que se lo coma acompañado por alimentos que contengan fibra y fitoesteroles, tales como legumbres (lentejas, porotos), arvejas, distintos tipos de vegetales y cereales integrales. "La medida ideal sería un huevo por día, sobre todo cuando el consumo de carnes sea reducido", advierte, y recomienda que se eviten las frituras.
Un dato interesante es que si bien la yema tiene 200 mg de colesterol por unidad, esta tiene un franco predominio de grasas "buenas", insaturadas, con mucha presencia de monoinsaturadas, que son las más saludables. Esta composición logra aminorar el impacto del colesterol sobre el metabolismo, pero de todas formas Tasat sugiere un consumo responsable.