El micro en el que venía a Mendoza volcó, perdió una pierna y pide ayuda para la prótesis

Belén Pérez necesita más de un millón de pesos para volver a caminar sin problemas . El accidente ocurrió en Córdoba en noviembre de 2016.

El micro en el que venía a Mendoza volcó, perdió una pierna y pide ayuda para la prótesis
El micro en el que venía a Mendoza volcó, perdió una pierna y pide ayuda para la prótesis

El 17 de noviembre de 2016 la vida de Belén Pérez (29) cambió para siempre. El colectivo en el que viajaba volcó y perdió una pierna. Ahora la joven cordobesa, que en fatídico viaje venía a Mendoza, pide colaboración para comprar una prótesis que le permita retomar su vida y que la obra social se niega a pagarle.

Todas las personas que quieran colaborar con la causa pueden hacer su donación en la caja de ahorro n° 356997/5 del Banco Santander, CBU 0720437588000035699754, DNI 33830614, CUIL 27-33830614-3.

Una historia de amor marcada por el accidente

Belén Pérez conoció al mendocino Germán Bravo en 2014. Tenía una relación a distancia y ella decidió viajar para Mendoza para el cumpleaños de su novio. Como el aeropuerto estaba cerrado por refacciones tuvo hacer el recorrido en colectivo.

Pero nunca llegó a destino. En plena madrugada, el micro volcó en una rotonda en la ruta A005 de Río Cuarto. Griselda Noemí Giménez (39) de Córdoba Capital y Susana Mabel Latorre (62) de San Martín, Mendoza murieron en el acto. Belén quedó atrapada entre los hierros de los asientos. Los bomberos tardaron más de tres horas en sacarla de la unidad porque había riesgo de que la unidad se le cayeran encima.

"Yo venía durmiendo y de repente me despierto con un bombero encima mío diciéndome que hubo un accidente y que estaban intentando sacarme del colectivo. Yo no entendía si eso que estaba pasando era un sueño o era real pero cuando me miré me di cuenta que mis piernas estaban aplastadas por los asientos del colectivo. Empecé a sentir muchísimo dolor en las piernas hasta que de repente dejé de sentirlas. Fue una situación tan traumática para mí que hasta el día de hoy esa imagen vuelve a mi cabeza en momentos de angustia", relató Belén en su cuenta de Facebook.

"Es imposible poner en palabras la desesperación que sentí en ese momento. El miedo y la angustia eran inmensos. No podía casi hablar porque me costaba mucho respirar, sentía la cara toda dormida, gritaba y lloraba pidiéndole al bombero que me sacara, que no me quería morir ahí", describió.

Belén alcanzó a llamar a su novio y a sus papás antes de desmayarse por la gran cantidad de sangre que perdió y el shock traumático.

"Les dije que si perdía alguna de mis piernas prefería estar muerta".

Después de que la sacaron del colectivo, la llevaron al hospital de Río Cuarto. Allí estuvo en coma farmacológico . Perdió la pierna izquierda, tenía los pulmones y riñones comprometidos y la pierna derecha en riesgo de ser amputada por la gran pérdida de tejido blando.

"Yo estaba sola en la terapia intensiva sin saber que me faltaba una pierna pero suponiendo que algo grave me había pasado como consecuencia de haber estado aplastada por el colectivo. Fueron horas de inmensa angustia, dolor, terror por no saber cuál era mi condición física. Miedo a haber quedado incapacitada para caminar. Cuando vi que entraba mi familia y luego mi novio empecé a llorar sin parar y a pedirles desesperadamente que me dijeran qué me había pasado, pero nadie se animaba a decirme", escribió Belén.

"Al día siguiente me trasladaron en ambulancia al Sanatorio Allende ya que mi pierna derecha también corría riesgo de pérdida. Ese viaje fue espantoso para mí porque iba con muchísimo miedo de que la ambulancia chocara, mi pensamiento era catastrófico tras mi vivencia. En terapia intensiva y sin los efectos sedativos, logré ver que mi pierna izquierda ya no estaba, que la había perdido. La angustia, el dolor y la desesperación que sentí en ese momento no la olvido más, realmente quería morirme.

"Hasta el día del accidente yo tenía una vida muy activa, trabajaba, estaba cursando un posgrado, salía a caminar, hacía gimnasia, iba a zumba, me juntaba con amigas, salía a bailar, manejaba y todo eso ya no iba a ser más posible para mí, pensaba en qué clase de vida iba a tener ahora, en mis pacientes que ya no iba a poder seguir atendiéndolos, en todas mis actividades, en lo que amo bailar y que ya eso no iba a ser más posible", agregó.

La recuperación

Después del accidente vino un largo camino de operaciones y médicos para recuperarse. Su novio se fue a vivir a Córdoba y con la ayuda de su familia Belén salio adelante.

"Así comenzó un camino interminable hasta el día de hoy, de entrar a quirófano día de por medio, realizándome limpiezas para sacar todo el tejido necrosado. Me realizaron cirugías reconstructivas para mi pierna derecha, colocaron tornillos en mi antebrazo –por fractura- y en mi rodilla -ya que se me habían roto todos los ligamentos-, un tutor externo que iba clavado al hueso de mi pierna y pie, me hicieron injertos de piel y músculo para recubrir mi pierna derecha -ya que tenía el hueso expuesto", describió la joven.

"Luego de 20 días de internación me informan que la única solución para evitar la amputación de mi pierna era realizar una operación de alta complejidad, de 8 horas de duración y que era más riesgosa que un trasplante de órgano, en ella me iban a sacar piel y músculo de mi espalda para injertarla en mi pierna, luego tenía que esperar 72 hs para ver si había dado resultado y recién a los 21 días de realizada sabría si había tenido éxito, es inimaginable la angustia que viví en ese tiempo de espera ante tanta incertidumbre de lo que podía llegar a pasar", explicó.

También comentó como fueron los meses siguiente: "Después de eso, me hicieron un raspaje en el muñón para terminar de recubrir la pierna. Así pasé un mes y medio internada, postrada en una cama, con sonda vesical, sin poder sentarme por los dolores de espalda que tenía y porque había perdido toda la fuerza del tronco -la fisioterapeuta me ayudaba a sentarme con la ayuda de un soporte en la espalda para no caerme para atrás, eran escasos minutos los que toleraba y así tenía que ir aguantando cada vez más- , con dolores insoportables que me hacían gritar y llorar sin parar, con una tristeza inmensa porque había perdido mi pierna y no sabía si perdería la otra"

Después llegó el momento de la internación domiciliaria. Una enfermera la acompañaba a diario. De a poco fue recuperando la fuerza y la movilidad. "Así comenzó el proceso de aprender a caminar, fortalecer mi pierna derecha y el muñón, ejercitar mi pie ya que había quedado caído, en garra sin ningún movimiento de dorsi- flexión el cual es necesario para caminar, romper las adherencias de mi rodilla que después de tres meses de uso de un tutor había quedado completamente rígida, y todo esto me insumía tres horas diarias cinco días a la semana", explicó.

Con mucha fuerza de voluntad y colaboración de sus médicos, Belén volvió a bailar y se convirtió en un ejemplo de superación.

Posted by Belu Perez on Tuesday, August 22, 2017

El calvario de la prótesis

“Cuando cicatrizó el muñón comencé a buscar ortopedias. Solicité evaluaciones a mis médicos traumatólogos, kinesiólogos y médica fisiatra para hacer el pedido a la obra social y ahí comenzó otro camino de intensa lucha, desgaste físico y psicológico”, comentó en su Facebook.

"Luego de cuatro meses de espera, mi obra social DASPU rechazó el pedido de la prótesis recomendada por mis médicos, la cual yo pude probar corroborando que el desgaste físico al caminar era muy poco, los dolores disminuían, la marcha se asemejaba mucho a la normal y me permitía caminar en diferentes terrenos sin caerme, cambiar la velocidad del paso, entre otras cosas", agregó.

La obra social rechazó el pedido y le ofreció otra prótesis pero no se amolda a las necesidad de Belén. Por este motivo, decidió contar su historia y empezar una cruzada en las redes sociales para comprar la pierna ortopédica que cuesta $ 1.473.000.

“Les pido a todos de corazón que me ayuden a que este largo e interminable proceso de lucha, de espera, de dolor, de angustia se termine de una vez, deseo con todas mis ganas poder volver a caminar sin miedo a caerme”, cerró.

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