El mexicano acusado de matar a una argentina está entre los más buscados por Interpol

La pareja se conoció por Facebook y ella le pagó el pasaje a Buenos Aires, donde fue hallada muerta. A él lo buscan en Uruguay.

El mexicano acusado de matar a una argentina está entre los más buscados por Interpol

El mexicano acusado de haber estrangulado a una docente a la que había conocido por Facebook, en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, ya figura entre los prófugos más buscados por Interpol, que realiza tareas de inteligencia para hallarlo en Uruguay, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Waldo Mares Parra (33), quien aparece con "red note" (circular roja). El prófugo es de nacionalidad mexicana, nació el 16 de mayo de 1982 en la ciudad de Chihuahua y que le imputan el cargo "homicidio agravado por haber mantenido una relación de pareja con la víctima".

Además, de acuerdo a un certificado de antecedentes penales que trajo al país para demostrar que no había cometido delitos y que dejó en la casa donde se cometió el crimen, Mares Parra residía en Ciudad de Juárez en 2014, donde en 20 años fueron asesinadas más de 700 mujeres.

El fiscal de Moreno a cargo de la causa, Leandro Ventricelli, aseguró hoy que "Interpol Uruguay está trabajando muy bien en la búsqueda", por lo que espera tener pronto alguna novedad.

Es que se sabe que el mismo día del crimen de Griselda González (39) -el 11 de febrero-, Parra se fue a Uruguay en un barco de la empresa Buquebus, por lo que el fiscal Ventricelli pidió de inmediato su captura internacional y desde entonces se lo busca en aquel país.

Los investigadores también informaron que finalmente se aclaró que la nacionalidad de Mares Parra es mexicana. Es que los pesquisas hallaron también en el departamento donde fue hallado el cadáver de la docente y donde fue a parar el hombre ni bien arribó a Argentina, un certificado de nacimiento emitido por la Dirección General de Registro Civil, Identificación y Cedulación de Ecuador.

En principio se pensó que podría ser del prófugo -porque coincidía el primer nombre y el primer apellido-, pero luego quedó claro que pertenecía a un hijo suyo de cuatro meses llamado Waldo Abdiel Mares Peñafiel, que nació el 15 de octubre último en la ciudad de Milagro, provincia de Guayas, Ecuador.

"Ahora sabemos que este hombre abandonó a su bebé de cuatro meses y a la madre de ese niño en Ecuador, para venir a Argentina a instalarse con González", dijo un investigador policial.

El cadáver de la docente fue hallado el sábado en una casa ubicada en el cruce de ruta provincial 7 y San Pedro, de Francisco Álvarez, partido de Moreno, luego de que la hija de la víctima se acercara preocupada porque no tenía noticias de su madre desde hacía dos días.

Al ver llorar a la joven, el propietario de la vivienda, de nombre José, se comunicó con la Policía, por lo que efectivos de la comisaría de la zona rompieron el candado con el que Mares Parra había cerrado la puerta y hallaron el cuerpo de González.

En la autopsia realizada el lunes último los médicos forenses constataron que la muerte se produjo por "asfixia mecánica manual" y la data coincidiría con el jueves, cuando una vecina dijo que había escuchado una pelea en la casa y luego vio salir apurado al sospechoso.

Durante los últimos cuatro meses González mantuvo con este hombre una relación amistosa a través de Facebook, hasta que ella le envió dinero para que compre los pasajes aéreos con el objetivo de conocerse personalmente y le alquiló el departamento en Francisco Álvarez.

La hija de 18 años de la víctima declaró que estaba al tanto de esta relación que su madre tenía con Mares Parra y que desde el primer día que arribó a Argentina presenció discusiones de pareja entre ambos.

González aún convivía con su marido, de nombre Lorenzo, quien declaró que se enteró de la relación que su mujer tenía con el mexicano por el crimen.

Justamente, una de las hipótesis de la investigación es que el móvil del crimen pudo ser que Mares Parra se puso celoso al descubrir que la docente no conviviría con él y continuaría en su casa familiar.

El presunto asesino se llevó el teléfono celular de la víctima y una pequeña suma de dólares equivalente a 3.000 pesos que González le había girado a Ecuador días atrás. Los investigadores creen que el teléfono se lo llevó con la intención de que no se conocieran las conversaciones que mantuvo con González y que el dinero lo necesitaba para moverse en su fuga.

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