El mercado de carnes premium en China, en la mira de la Argentina - Por Jorge Castro

El mercado de carnes premium en China, en la mira de la Argentina - Por Jorge Castro
El mercado de carnes premium en China, en la mira de la Argentina - Por Jorge Castro

China importó 40.000 toneladas de carne vacuna en 2010 y 12 millones de toneladas en 2018. Es lo mismo que ocurrió con la soja: importó 800.000 toneladas en 1991 y más de 110 millones de toneladas el año pasado.

En los dos casos, la curva de rendimiento es virtualmente vertical. Esta es la historia del consumo en el gigante asiático, por obra de la demanda de la nueva clase media de 440 millones de personas con ingresos comparables a los norteamericanos (U$S 35.000 / U$S 45.000 anuales).

Se proyecta que esta clase media va a estar integrada por 780 millones de personas en 2025, para trepar a 1.000 millones en 2030. Entonces, China sería estrictamente una sociedad de clase media. Pero aún así, el ingreso per cápita sería 75% de los niveles estadounidenses.

La Argentina tiene en la actualidad acceso irrestricto al mercado de carnes de la República Popular. Pero le vende sólo carne de vaca de baja calidad y a menores precios; y debe apostar a la calidad y a los altos precios, no a lo meramente cuantitativo.

Lo esencial es buscar la primacía en los cortes “premium” de los novillos de alta calidad y elevados precios, donde disputa el primer lugar sólo con Australia. Es un mercado por ahora reducido de 15.000 / 30.000 toneladas por año, pero que se funda en la demanda de la nueva clase media, eje del consumo mundial en el siglo XXI.

El consumo en China reúne las siguientes características: ascendió a U$S 6,4 billones en 2018 y crece 18,5% anual; y era U$S 4,6 billones en 2017 y treparía a U$S 8,2 billones en 2027. La tendencia está claramente definida: se duplica en una década.

Es un fenómeno de nuevo tipo en la historia del capitalismo. El gasto en consumo representó 78,5% del alza del PBI en los primeros seis meses de 2018 y el producto creció 6,7% anual, en un PBI que ascendió a U$S 13.9 billones (dólares constantes); e implica un aumento del gasto en consumo en relación al producto de 14,2 puntos porcentuales respecto a 2017, cuando alcanzó a 58,2% del alza del PBI.

Hay que advertir que mientras que el consumo crece 1 punto porcentual por año a partir de 2010, el ingreso per cápita aumentó 8,1% anual en ese período en la República Popular, y se duplica cada 8 años.

Pero lo más importante es lo que ocurre con el ingreso disponible (la diferencia que existe entre ingreso y consumo tras satisfacer las necesidades básicas de alimentación, vivienda, transporte, etc) que crece 15% por año de forma acumulativa.

Esto es lo que está por detrás de la extraordinaria “pasión por comprar” que se ha desatado en la clase media, ante todo en materia de alimentos crecientemente sofisticados y diferenciados, en los que el precio ha dejado de ser relevante en el momento de la adquisición.

Es un nuevo mundo el que se ha abierto en China; y esto es lo que obliga a medir las posibilidades de las carnes “premium” de la Argentina no por los niveles actuales, sino por la tendencia de la que son parte, que es la fenomenal demanda de la nueva clase media de la República Popular.

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