Boca quiere un arquero y después de un casting que incluyó desde Gigi Buffon hasta el Memo Ochoa, parece que Esteban Andrada se va a quedar con el papel principal y será actor protagónico bajo los tres palos del Xeneize. Por su buen nivel en el arco de Lanús y las notables atajadas que tuvo en el último partido ante Junior por la Sudamericana, Guillermo, que ya lo dirigió en el Granate, dio el visto bueno y las negociaciones entre ambos clubes están más que avanzadas. Boca pondrá cinco millones de dólares por el mendocino, la misma cifra que estaba ofreciendo el Villarreal de España.
De todas maneras, Andrada atajará mañana para Lanús por Copa Argentina en lo que será su despedida. Es el segundo arquero mendocino que defenderá los tres palos del Xeneize. El otro fue Cristian Lucchetti.
Una dura infancia
La infancia de Andrada no fue nada fácil. Nació el 26 de enero de 1991 en San Martín y en plena adolescencia, más precisamente a los 16 años, perdió a su papá (murió en un accidente de tránsito) y tuvo que salir a ganarse el pan. "Mario, mi papá, era gomero y el sostén de la casa. Y cuando él murió, se hizo muy difícil salir adelante. Mi mamá era empleada en un café y con su sueldo no alcanzaba para darnos de comer a mis hermanos y a mí. Y como yo no tenía contrato en (el Club Atlético) San Martín, me puse a trabajar en un viñedo. Tenía que cosechar, meter las uvas en un tacho y cargarlas en un camión", contó. Y agregó: "Se pagaba cinco pesos el tacho y cada uno pesaba 30 kilos. Yo era flaquito, no tenía el físico de ahora... Así que me calzaba el tacho al hombro y hacía equilibrio hasta el camión. Estuve un par de meses hasta que me vine a Lanús".
El 9 al arco
Aunque ahora se agiganta en cada partido y vuela de palo a palo, su buen juego con la pelota en los pies tiene una gran explicación. ¡De chico era un goleador de aquellos! Le gustaba jugar como delantero en los picaditos, pero se hizo arquero gracias a su papá, quien cada vez que podía le pateaba a Esteban algunos tiros para que su hijo atajara. Y aunque se fue a probar ¡a Banfield!, su pase no se realizó por diferencias económicas y en 2007 llegó a Lanús...
De selección
Esteban se destacó en las Juveniles de la Selección y disputó el Torneo Esperanzas de Toulon de 2009. A partir de ese momento se adueñó del arco del Sub 20 y participó del Sudamericano y del Mundial de la categoría, que se jugaron en 2011. Y ese año, estuvo ahí de pasar a un gigante europeo:
“Me llamaron de la recepción del hotel y me entregaron un sobre con una carta. Era gente del PSV que quería saber mi situación. Y unas semanas más tarde apareció el Barcelona, que ofrecía una buena cifra más un convenio con Lanús. Fue algo muy gratificante, y una linda oportunidad porque yo en el club estaba tapado. Pero la dirigencia no vendía a juveniles antes de que debutaran y tampoco hice fuerza para irme. No podía ir contra el club que me estaba dando absolutamente todo. Si a Lanús no le servía, chau”.
Un triste recuerdo
Durante 2014, cuando pasó a préstamo a Arsenal para sumar minutos y tener continuidad, la pasó muy mal en un durísimo episodio de inseguridad.
El mendocino y su familia fueron interceptados por varios delincuentes, fuertemente armados, en la zona de Lanús Oeste. Los ladrones se lo llevaron y después de pedir un rescate, lo liberaron en Sarandí. "Pagamos 23 mil pesos para que lo dejen en libertad", contó su esposa horas después.
El Sabandija
Por su agilidad y elasticidad, muchos de sus compañeros lo llaman Gato. Mientras tanto, algunos amigos, que recuerdan su físico de cuando era más chico, le dicen el Flaco. Sin embargo, tiene un tercer apodo que es el más curioso: ¡Sabandija! El autor intelectual fue su amigo Agustín Marchesín, aunque ninguno de los dos se acuerda bien el motivo.