En un partido entre Brisbane Roar y el Adelaide United, de la Primera División del fútbol australiano, se dio un un hecho curioso: un jugador ejecutó un penal de una forma pocas veces vista.
Éric Bauthéac, volante del Brisbane Roar, ejecutó el disparo desde los 12 pasos de una manera tan particular que lo convirtió en un golazo.
El volante esperó a que Paul Izzo, arquero del Adelaide United, se jugara a un palo para rematar muy despacio al ras del piso. Cuando el portero quiso volver sobre sus paso la pelota ya había ingreso, lentamente, a su arco.