La oposición ya avisó que no lo va a dejar pasar y Cambiemos no quiere tensar la cuerda: en las próximas semanas el Gobierno podría reemplazar el polémico megadecreto de desburocratización del Estado por uno o más proyectos de ley.
El recuerdo del accidentado debate y posterior sanción de la reforma previsional aún está fresco y el oficialismo quiere empezar el año parlamentario en paz. Sobre todo con sus principales aliados en la oposición, los bloques del peronismo no kirchnerista, que responden a los gobernadores del PJ.
Sin perjuicio de que finalmente el Gobierno pueda dar marcha atrás y mandar un proyecto de ley, el martes de la semana que viene el megadecreto, que ya fue enviado al Congreso, empezará a ser debatido.
Según la ley, los DNU deben debatirse en la comisión bicameral permanente de Trámite Legislativo, que emite dictámenes que luego deben ser tratados en los recintos de ambas cámaras. Para que un DNU caiga, debe ser rechazado en Diputados y en el Senado. Mientras tanto, sigue vigente.
El mecanismo fue instaurado durante el gobierno de Cristina Kirchner justamente para que fuera prácticamente imposible voltear un DNU.
Pero ahora Cambiemos, que es minoría en ambas Cámaras, sufre una presión política fuerte: a la negativa firme del kirchnerismo y la izquierda se le había sumado en la Justicia un planteo de inconstitucionalidad del massismo, pero lo que al parecer terminó de torcerle el brazo al Gobierno fue el rechazo del hombre fuerte del Senado, Miguel Pichetto, que calificó el DNU presidencial de "abusivo".
Sin el apoyo de Pichetto, Cambiemos no puede sacar leyes. Lo mismo en Diputados, con el Bloque Justicialista que comanda el salteño Pablo Kosiner, quien también ha expresado su rechazo al megadecreto.
"Por supuesto, como hicimos con la ley de ART, si ahora se trata de transformar un DNU en una ley, con algún que otro cambio, nosotros estamos dispuestos", dijo ayer el jefe del bloque macrista de Diputados, Nicolás Massot, en relación con el megadecreto.
El diputado por Córdoba aludió a otro DNU dictado por Mauricio Macri en enero del año pasado, que finalmente fue transformado en el proyecto de reforma de la ley de ART para lograr el acompañamiento de la oposición dialoguista.
Sin embargo, en el caso del megadecreto de este año la oposición ya anticipó que objeta su contenido; en particular, de su forma de ómnibus: elimina 19 leyes y modifica unas 140 iniciativas de lo más diversas.
En el Bloque Justicialista confirmaron que en Cambiemos ya les informaron que están evaluando reemplazar el megadecreto por otro u otros instrumentos. "Se están dando cuenta de que este tema no corre", afirmó un diputado de ese espacio.
Ahorro de $ 100 mil millones
El DNU número 27 de este año establece medidas de lo más diversas, con el fin de desburocratizar y simplificar el Estado y lograr, según el Gobierno, un ahorro de 100 mil millones de pesos en los próximos dos años.
Entre ellas figura la posibilidad de embargar cuentas sueldo por deudas o mandatos judiciales; el permiso a la Anses para que, a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), pueda crear fideicomisos y operar con instrumentos financieros, y la agilización de los trámites para obtener marcas y patentes.
El DNU también establece que si una empresa automotriz decide realizar una inversión en una planta nueva, ya no requerirá de la autorización expresa por un decreto presidencial.
