Cuando el 6 de enero de 2006 en Junín nació Florencia, su madre, Carina Di Marco, supo que la criaría sin padre. Su novio, que la abandonó cuando estaba embarazada, había desaparecido hacía meses.
Apoyada por su familia, Carina salió adelante: su pequeña era sana y le sobraba amor de parte de sus tíos y abuelos; pero sobre todo de su abuela, a la que la nena adoraba.
En 2008 Carina conoció a Lucas Gómez, un chico de por entonces 23 años que vivía en Palmira y trabajaba en el negocio de golosinas de su padre ubicado frente a la YPF del centro.
Lucas y Carina se fueron a vivir juntos y tuvieron dos varones: uno en 2010 y otro en 2014. "Era una familia normal, con los problemas de cualquiera", recuerdan los parientes.
En setiembre del año pasado, Carina quedó nuevamente embarazada de Lucas. Pero económicamente no andaban bien y partieron todos: la pareja y los tres hijos, a la tierra prometida de Cuyo: San Luis. "Allí está mi hermano, él nos va a ayudar", dijo Carina.
Se instalaron en un pequeño departamento interno del barrio de trabajadores llamado "Lucas Rodríguez", al sur de la ciudad; allí Lucas Gómez vendía mercadería que su padre le mandaba desde Palmira.
Florencia, ya con 12 años, no hablaba demasiado y cuentan que extrañaba a su abuela de Mendoza. Le achacaban esa tristeza al hecho de que comenzaba a transitar su adolescencia.
El lunes pasado, Carina fue al hospital porque el nacimiento de su beba era inminente. Lucas quedó a cargo de los tres chicos en casa. El martes nació la bebé a la que le pusieron Trinidad y madre e hija quedaron un día más en el hospital.
El miércoles, Lucas debía llevar a su hijastra Florencia a la escuela número 313 "Rosario M. Simón" y a su hijo a otro colegio, como hacía todas las mañanas a bordo de su Renault Mégane.
Eso dijo que hizo: "Dejé a Flor en la escuela, me saludó desde la puerta y seguí, como siempre", declaró el miércoles por la tarde ante la policía cuando él mismo hizo la denuncia ya que cuando fue a buscarla a la escuela "las autoridades y los compañeros me dijeron que la nena nunca había entrado".
Hallazgo
La desaparición de Florencia Di Marco movilizó a la provincia desacostumbrada a ese tipo de eventos policiales. Carina (con su beba Trinidad prendida a la teta) y Lucas salían por televisión para pedir por Flor.
El miércoles, un mujer encontró la mochila de Florencia en un descampado en el barrio El Lince. La mujer encontró un número de teléfono, llamó y la atendió Carina Di Marco, la madre de Florencia.
En la mochila estaban los útiles pero faltaban el celular y 350 pesos que eran los ahorros de la pequeña. El descampado quedaba cerca de la casa de la familia.
De hecho Carina le envió un mensaje desde su Facebook a su hija: "Gracias por la gente que está buscando a mi Flor. Hija aparece por favor ...sos la luz de mi vida por favor Dios traémela de vuelta a mi lado". Lucas, por su parte, deslizaba ante las cámaras que la nena "tal vez se fue a Mendoza; extraña a su abuela".
La policía hizo un rastrillaje con más de 200 efectivos por las afueras de San Luis. Pero Florencia apareció muerta el jueves por la noche en un arroyo de la localidad de Saladillo, una población pequeña y pacífica a 50 kilómetros de San Luis.
Estaba desnuda de la cintura para abajo y tenía una sola media puesta. Las personas que la encontraron, sin ser especialistas en necropsias, se dieron cuenta de que la nena había sido violada.
Ya con la causa cambiada de averiguación de paradero a homicidio, la jueza Virginia Palacios posó los ojos en el hombre que le habían marcado los investigadores desde un principio: "Es el padrastro, doctora", le decían.
En las redes sociales, Lucas comenzó a ser acusado y por TV se defendía: "¿Cómo pueden decir eso?". Su mujer, que en apenas 48 horas había tenido una hija y había perdido a otra, defendía a su pareja: "Hace diez años que estamos juntos, la nena lo adoraba...".
Complicado
En medio de la necropsia del cuerpo de Flor, el médico forense Ricardo Torres, llegó a una conclusión tan inquietante como espantosa: "La nena fue violada, doctora, pero venía siendo abusada desde hace tiempo", le informó a la magistrada Palacios.
"Quién más que su padrastro, que vivía con ella, podría abusar de la niña?", se preguntó la jueza. Y mandó a investigar los movimientos de Lucas Gómez en las últimas horas, ya que el médico había confirmado que cuando el cuerpo fue en el canal de Saladillo encontrado llevaba al menos 36 horas como cadáver. Esto colocaba al crimen entre la noche del martes y la madrugada del miércoles: horarios en que Flor estaba con su padrastro.
El sábado llegaron las filmaciones de un puesto de peaje camino a Saladillo: el Mégane de Lucas Gómez se ve de ida al pueblo a las 4.59 de la mañana; ese mismo auto pasa de regreso a las 6.
Incluso tres pescadores que a esa hora probaban suerte en el dique, declararon ver al Mégane "que merodeaba por la zona". Hasta el intendente de Saladillo, Héctor Camilli, vio al auto desde la ventana de su casa porque a se levantó para tomar agua.
Con eso, los investigadores creen que la cámara de seguridad que está cerca de la escuela de Flor que tomó también al Mégane a las 8 de la mañana del miércoles, momento en que Lucas Gómez dijo que dejó a Flor, "puede ser una coartada", tal como confió una fuente policial.
Con esto, la magistrada mandó a detener de inmediato el viernes al mediodía al hombre que estaba en su casa con su mujer y sus tres hijos, incluida la beba recién nacida. Los vecinos lo insultaban cuando salió esposado y con la cabeza tapada por una toalla blanca.
Ese viernes, la casa fue allanada y revisada con luminol (compuesto químico para detectar manchas que intentaron ser borradas). Otro tanto ha pasado con el auto Mégane. Allí puede haber pruebas. creen los pesquisas, porque se sospecha que la nena fue ahorcada en un auto cuando estaba sentada: "En la nuca de la nena no hay marca de cuerdas; la ahorcaron sentada", aseguran los investigadores.
Muchas de estas pruebas están en proceso y todavía no hay resultados.
Imputado
Ayer por la mañana, la jueza Virginia Palacios imputó por homicidio calificado a Lucas Gómez. Familiares del acusado partieron desde Palmira para verlo pero tuvieron que ser escoltados ya que el hombre de 32 años está detenido en una dependencia secreta "para que la gente no lo linche".
La familia de Carina Di Marco también se trasladó a San Luis una vez enterada de todo el desenlace. Mayra, una de las hermanas de la mujer, no podía creer lo ocurrido: "Para nosotros Lucas era un hombre normal, pero hay muchas pruebas en su contra, estamos destrozados", dijo.
Hoy al mediodía, la jueza tiene en mente tomarle declaración a Gómez, quien es defendido por un abogado oficial. Si bien todavía faltan pruebas técnicas como el ADN, la magistrada tiene un alto grado de sospecha de que está frente al autor del crimen. Ayer por la tarde llegó el cuerpo de Florencia a San Martín.
La van enterrar en Junín; así estará cerca de su abuela, como siempre quiso.
Ricardo Torres, Médico forense del Poder Judicial de San Luis: "Un verdadero calvario"
El médico forense Ricardo Torres, del Poder Judicial de San Luis, dijo que existen pruebas de que la niña "fue estrangulada con extrema violencia y que su muerte se dio en solo unos minutos. Además hay indicios de que fue maniatada y violada anal y vaginalmente y que encontraron lesiones que comprueban que era abusada desde hace tiempo".
Torres dio detalles al Diario de La República de San Luis tras realizar la autopsia a la niña. "La muerte por estrangulamiento es muy difícil de ver, en muchos años no hemos visto un caso así", admitió el forense.
Es probable que se trate de una persona adulta con "mucha fuerza" quien ahorcó a Florencia. El surco que le dejó la soga, de la que aún no se tiene conocimiento de que material se trata, es uniforme y profundo (de unos seis milímetros de profundidad y 1, 5 cm de ancho), lo que indica que fue apoyada contra una superficie dura, que no le dejo mover la cabeza a la víctima.
"Cuando alguien te ahorca, tratás de mover la cabeza, lo que provoca varios surcos. En este caso no fue así. El surco es uniforme", explicó.
Florencia sufrió desde antes de su muerte, aseguró el especialista. Lesiones vaginales y anales de más de 15 días o un mes, fueron descubiertas. "Es probable que haya sufrido un verdadero calvario", afirmó Torres, quien dijo que muchas veces, casos así ocurren dentro del seno familiar.