Si uno sale a dar lástima, en los programas de chimentos, con su situación económica, y quien lo hace es una figura de la farándula, tiene que saber que el asunto será un largo tránsito de “develar cositas feas y escabrosas”.
El jueves Florencia de la V salió a contarle a los buitres que dicen ser periodistas de espectáculos que su ex socio Gonzalo Fariña la había dejado en la calle: “Para mí 2014 fue un año terrible; fui perjudicada económicamente por gente en la que confiaba, que me esquilmó cada peso que gané con mi trabajo”.
Se lamentó porque estaba intentando retener su teatro -el Melos-, instalado en Carlos Paz y porque había tenido que dejar su casa lujosísima porque ya no podía pagarla.
Ayer el esposo de Florencia, Pablo Goycochea, ayer dio su versión: “Hace dos años que no nos vamos de vacaciones como otros, trabajamos para pagar las deudas... Estamos mal, pero no en la ruina”, le dijo a otra de las cizañeras de vidas ajenas, Pamela David. Y se quejó porque los medios dicen que el teatro no es de ellos. Pero..., ¿qué lógica de los medios amarillos es la que no entendés?
