La llegada al Manzano Histórico es un espectáculo muy emotivo y el público apostado a la vera del camino así lo confirma año tras año.
El recorrido por el Valle de Uco, diseñado inicialmente por Martín Aveiro (intendente de Tunuyán) se ha transformado en uno de los circuitos más populares de la Vuelta de Mendoza. Ya es un clásico y en este trazado, de 136 kilómetros, se muestran los candidatos a la victoria final.
Esta edición, en el año del Bicentenario del Cruce de los Andes y de la Gesta Libertadora, será la primera estación de "La más argentina de las Vueltas" y el desafío inicial para los escaladores.
El trazado, que unirá los departamentos de San Carlos, Tupungato y Tunuyán, tendrá como saldo, además de la malla líder, los referentes de las metas volantes: Sprint y Montaña.
Para los ciclistas poder coronar la cuesta, a 1.200 msnm, no será una tarea sencilla porque -en esta oportunidad- el desarrollo de la prueba estará cobijado bajo un celoso juego de marcas.
Los equipos han presentado estructuras muy aguerridas y en carrera prometen dar batalla en los diferentes terrenos: desde la partida en el llano, el ascenso controlado hasta una meseta tupungatina o el ataque final trepando hasta la meta.
Luego de abandonar el paraje de India Muerta, punto medio de la ascensión, el desafío para todos los equipos será mantener el pelotón compacto y no perder tiempo en la general.
En forma prematura, el dibujo que enlaza los puntos más importantes del Valle de Uco (muy rico en paisajes), puede provocar un primer corte selectivo entre los aspirantes a la corona.
Frente al monumento, que recuerda el paso del General San Martín por la región en 1823 (luego de su campaña en Chile), las piernas fibrosas y el rostro adusto de los competidores buscarán conservar energías para enfrentar "La etapa Maratón" (186 kilómetros) que unirán -mañana- San Rafael y General Alvear.