El sistema de videoasistencia arbitral no es infalible. Definitivamente. Contra lo que algunos fanáticos de la tecnología consideran, el VAR no salva de los errores de los árbitros. Lo demostró el paraguayo Eber Aquino, quien expulsó injustificadamente al brasileño Dedé después de revisar una maniobra en la que el zaguero de Cruzeiro había chocado con el arquero de Boca Esteban Andrada.
Iban 25 minutos del segundo tiempo cuando un centro desde la izquierda de Egidio cayó en el borde del área chica de Boca. A la caza del balón fueron Andrada y Dedé, junto a Carlos Izquierdoz y Hernán Barcos. La colisión fue durísima. El ex guardavalla de Lanús cayó desplomado en el área e inmediatamente el propio Dedé solicitó la asistencia médica para él.
Mientras el médico de Boca intentaba interrumpir el sangrado de la boca de Andrada, el bueno de Aquino entró en comunicación con los encargados del VAR, quienes no pudieron dar una respuesta categórica al árbitro. Eso llevó al paraguayo a revisar la maniobra en el monitor que se hallaba en el campo de juego.
Vaya uno a saber qué pasó por la cabeza del juez. Pero luego de la revisión se dirigió al círculo central y le exhibió la tarjeta roja al incrédulo Dedé, quien le mostraba su frente inflamada para tratar de explicar lo que no demandaba demasiada explicación.
De las siete causales que el reglamento contempla para una sanción con tarjeta roja, las únicas que podrían aproximarse a lo ocurrido en esa maniobra son juego brusco grave y conducta violenta. Pero a todas luces se trató de un choque fortuito que no debió ser penado con una expulsión.