Vestido de héroe. Con la gloria encima. Leandro Fernández tuvo una clásico mágico. Con sus goles el Tomba se llevó el clásico después de estar en desventaja y coronó una actuación inolvidable.
En el empate estuvo despierto para empujar el balón al fondo del arco, luego de que el balón rebotara en el palo tras el cabezazo de Danilo Ortiz. "Hay que estar ahí, en el momento justo para convertir. Me tocó la varita y tuve la fortuna de aprovechar el rebote y marcar el empate", expresó el delantero.
Aunque también reconoció que en la primera etapa no se sintió cómodo: "Estaba con bronca, no me llegaba bien la pelota y me ubiqué en un lugar donde no estoy acostumbrado".
Pero llegó la mano de Ledesma y el ex Defensa y Justicia no dudó en agarrar la pelota para rematar. Claro que primero debió discutir bastante con Jaime Ayoví, quien también quería hacerse cargo del disparo.
"La Yoya lo quería patear, pero le dije que me tenía mucha confianza. Se calentó un poco, pero se le pasó. Después vino a festejar y eso es lo importante".
Leandro las hizo todas. pero sobre todas las cosas alegró al pueblo tombino con sus gritos.
