Correr el Dakar no es algo sencillo y menos para Alberto Prieto, un español de 44 años que sufre de una parálisis permanente e irreversible en su brazo izquierdo. Sin embargo, con una mentalidad tremenda y mucha fuerza, se animó a participar con un cuatriciclo y hasta aquí, más allá de su dificultad, viene sorteando las etapas.
Arriba de un Yamaha Raptor 700, al que bautizó "The Kilmister Machine" en honor a Lemmy Kilmister, el recientemente fallecido líder de la banda Motorhead, Prieto es un verdadero ejemplo de superación. "Tengo que trabajar el triple o más que otro competidor. A veces los problemas mecánicos no los puedo solucionar, pero confío en que me ayuden otros pilotos o gente del público. Por eso también llevo de todo arriba del quad, aunque hasta aquí no he tenido muchas dificultades", contó Prieto a Más Deportes en Catamarca.
El licenciado en Ciencias de la Educación sufrió la parálisis de su brazo izquierdo tras sufrir un accidente de tránsito. “Un coche se metió en contramano y sobreviví de milagro. Eso da que pensar, empecé a valorar más la vida”, dijo.
En cuanto a sus ganas de vivir esta experiencia, contó: “Probablemente si le preguntas a mi madre te dirá que es inexplicable, pero esto se lleva en la sangre. Con vivencias de este tipo te agarrás a lo que te gusta y a mi lo que me gusta son las motos y los quads”.
"Recuerdo que lo primero que me compré después de mi accidente fue una KTM de enduro y empecé a andar con un brazo. Pero como me caía mucho preferí subirme a un quad", relata el piloto que tiene el nº 295, que debió modificar el Yamaha y colocarle todos los mandos del lado derecho.
En cuanto a las dificultades, Prieto enumera un par de situaciones. "Me cuesta mucho girar, ponerme de pie, pero te adaptas. Sin embargo, donde más siento el problema es al final del día porque el desgaste físico es más duro".
Para este deportista, que también supo hacer maratón y triatlón, el objetivo es ir día a día. “El siguiente reto es poder estar en el campamento cada día. A lo Cholo Simeone, partido a partido”, comentó el español.
“Todos los que me hablaban de la carrera me decían que era 80% cabeza y 20% físico. Por eso me preparé dos años antes. Al principio pensé que no me iban a aceptar, pero después vieron mi dossier y verificaron que corrí y terminé varias carreras en España”, agregó.
Por último, aclaró que “los que hacemos este deporte tenemos una capacidad de recuperación por encima del promedio y nos gusta todo esto”. El hombre de Madrid, que corrió el Desafío Guaraní, es un verdadero ejemplo de superación y ganas de poder seguir adelante.
