El macrismo busca ratificar su hegemonía histórica en Capital

Las encuestas indican que el actual jefe de Gobierno porteño revalidaría sus pergaminos y el Pro lograría 16 años consecutivos en la Ciudad.

El macrismo busca ratificar su hegemonía histórica en Capital
El macrismo busca ratificar su hegemonía histórica en Capital

La elección en la ciudad de Buenos Aires conlleva el desafío político de revalidar la continuidad del oficialismo nacional en el ejercicio del gobierno en su lugar de origen, al tiempo que superar su propio récord de permanencia en el ejercicio del poder porteño. 

Con 2.710.675 votantes (8,1 por ciento del padrón nacional; tercer distrito), la  elección porteña tendrá también el reto de ser clave en su aporte numérico a la estrategia nacional de Cambiemos y de reelección presidencial de Mauricio Macri, quien en 2007 inauguró la actual hegemonía PRO en la Ciudad.

Como parte de esa estrategia, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, parece decidido a convocar a la elección porteña en simultáneo con la nacional (Paso el 11 de agosto y general el 27 de octubre), a diferencia de lo que podría suceder con su compañera PRO María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires.

La decisión aún no se hizo oficial, pero el legislador porteño y flamante presidente de la Coalición Cívica-ARI, Maximiliano Ferraro, reveló a este diario que en una reciente reunión de la que también participó Elisa Carrió, Rodríguez Larreta les confirmó la unificación de la elección local con la nacional.

Precisamente por eso, Ferraro sostuvo que el panorama electoral dentro del oficialismo comenzará a decantar recién hacia marzo o abril, en particular sobre quién será el candidato a vicejefe. "La ciudad de Buenos Aires es un distrito que está ordenado. Venimos trabajando muy bien PRO, CC y Confianza Pública (Graciela Ocaña)", apuntó, para luego completar: "hemos conversado a principios de año y quedamos en volver a hacerlo".

Rumbo a su segundo periodo de gobierno, que sería el cuarto consecutivo del PRO (totalizarían 16 años), Rodríguez Larreta parece marchar sin sobresaltos, sustentado tanto en una gestión altamente valorizada por la mayoría de los porteños, como también por la inexistencia de alguna opción opositora.

Hasta hay quienes especulan con que podría ganar en primera vuelta y evitar así un balotaje (en la Capital se gana con la mitad más uno), que de todos modos superaría con mayor holgura el de 2015, cuando la diferencia en la segunda vuelta fue de apenas 60 mil votos (51,62 contra 48,36) sobre el radical de Evolución, el ex embajador de Macri en Estados Unidos, Martín Lousteau.

El titular de la consultora Julio Aurelio SA, Juan Aurelio, lo explicó así ante este diario: "La mayoría de los porteños, que piensa en función de la eficacia de la gestión, ve que hay eficacia y eso es el principal atributo que le atribuyen a Rodríguez Larreta".

El consultor reveló a trazo grueso números de una encuesta reciente según los cuales Macri tiene una intención de voto de 40% entre los porteños, superior al promedio nacional, a pesar de que tres de cada cuatro perciben que la economía está muy mal. Mientras que Rodríguez Larreta tiene 60% de aprobación, a partir de "una gestión con impronta propia, con obras postergadas desde hace años".

A juicio de Aurelio, esto configura un panorama electoral sin sobresaltos para Cambiemos: tiene un núcleo duro de votantes superior a 40%, que puede llegar hasta 50, según el escenario. En tanto que cualquiera sea la oposición, ninguno llega a 20%, según el consultor. "De ahí que no es imposible que gane en primera vuelta", concluye.

La débil oposición

Nada asoma desde la oposición capaz de alterar ese derrotero. Lousteau aún no decidió si candidatearse o no, después del magro 12.33% en las legislativas de  2017, luego del "boom" en el balotaje de 2015. Si decidiera hacerlo, tendría que validar su candidatura en unas primarias abiertas en Cambiemos, dado que en su demorada constitución oficial, en agosto pasado, la UCR pasó a ser integrante de la coalición.

El panorama en el panperonismo porteño es más desalentador aún. En diciembre pasado, y a imagen y semejanza del PJ nacional, el PJ porteño presidido por el sindicalista de los encargados de edificios, Víctor Santa María, constituyó una Mesa de Acción Política integrada por representantes de los cuatro sectores internos.

El objetivo es ampliar progresivamente la incorporación de las diferentes “tribus” peronistas, con la voluntad de resolver los cortocircuitos internos. Supuestamente de allí saldrá el mecanismo y los candidatos.

En cuanto al mecanismo, el ex jefe de Gabinete K Alberto Fernández, recordó a este diario su propuesta: una PASO sin piso, con representación según los votos obtenidos por el sistema D'Hont, y abierta a todos los sectores: desde el senador Fernando Solanas, cuyo mandato vence este año, y la diputada Victoria Donda, hoy en un interbloque con Felipe Solá; hasta Juan Grabois, líder de la Ctep (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), y el Frente Renovador massista, en el que el diputado Marco Lavagna se lanzó como candidato a jefe de gobierno.

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