A fuego lento fue consumando la victoria, lentamente fue también mostrando credenciales de madurez en este tramo final de campeonato. De a poco la fue guapeando a la CAI. Ya no es más ese Lobo que a tontas y a locas multiplicaba atacantes en búsqueda de ahogar a sus adversarios de turno. Muchos puntos perdió. Materia aprobada. Era una categoría donde no iba a tener un sinfín de situaciones de gol. La jerarquía de las individualidades iba a ser que cada penetración en el área debía cambiarla por gol. Y ayer no tuvo más de tres ocasiones y en dos pasó por caja. Otra materia más que se sacó de encima.
¿Y cuánto falta entonces para que el Lobo se gradúe?
Da la sensación que muy poco. Sabe abrir los partidos, también demostró anoche que entiende cómo y cuándo cerrarlo. Hay entrega cuando las cosas no salen del todo bien, hay carácter de gran equipo. En el Parque si hay algo que quedó claro es que nace un gran candidato al ascenso. Ya no es uno más de tantos. Era conmovedor ver a Garay adueñarse del mediocampo como un león, Oga no es sólo magia sino inteligencia, Pereyra es frontal y desequilibrante como pocos en esta categoría. En el fondo se asentó un tridente que es un muro que da seguridad por abajo y ahora también por arriba.
El triunfo del Lobo se justificó desde el pitazo inicial. Supo como jugarle a ese equipo que siempre le trajo dolores de cabeza. Tuvo paciencia, tranquilidad y concentración. Claves, que le permitieron respetar a rajatabla su estilo. Nunca se desesperó. Por esta razón, tuvo su premio apenas volvió del vestuario. Y tenía que ser él. El diferente. Ese que agarra la pelota e ilumina la retina de ese hincha exigente, que supo ser testigo de las hazañas del Víctor entre otros.
Estamos hablando del “Mago” Oga, quien se dio cuenta que Leguiza estaba muy jugado en un palo y acarició el balón hacia el otro. Gol y desahogo. Gol y hambre. Gol y sed de revancha. Había que marcar uno más para cumplir el objetivo y este Lobo del “Toti” Arias lo cumplió. Fue por más e hizo delirar al pueblo Mensana. Pereyra dibujó una excelente maniobra individual, habilitó a Farías y el Tecla mandó el balón a la red. Aplausos. Un gol made in fútbol champagne de lo pitucos. De atrás hacia adelante, de izquierda a derecha, este equipo de Arias tiene todo para ser campeón...