La atinada acción de un vecino permitió frustrar una violenta entradera en una casa de la Sexta Sección de Ciudad. Tres delincuentes armados ingresaron por el garaje cuando un matrimonio de jubilados guardaba el auto.
Los redujeron y prepararon todo para robarles 90.000 pesos, electrodomésticos y el auto. El llamado del hombre le permitió a la Policía frustrar el atraco.
Eran alrededor de las 22 del jueves cuando un vecino observó que cuatro sujetos en un auto merodeaban la esquina de Italia y Alpatacal de Ciudad así que llamó al 911.
Tres jóvenes bajaron del vehículo y alcanzaron a ingresar por la cochera de una casa ubicada sobre calle Italia al 630, cuando José Bauzá (72) se aprestaba a cerrar el portón.
Desde el Centro Estratégico de Operaciones alertaron a los móviles más cercanos. Por eso policías de Investigaciones llegaron rápidamente e ingresaron por el techo de la vivienda.
Según comentó a Los Andes una familiar de las víctimas, los ladrones ingresaron por la puerta interna que conecta el garaje con la casa. Una vez dentro, redujeron al matrimonio: a uno lo encerraron en un baño y al otro en una habitación. Ya se habían alzado con 90.000 pesos y habían cargado el auto familiar con electrodomésticos, confiaron fuentes policiales.
Cuando se aprestaban a huir, los efectivos de Investigaciones irrumpieron y lograron detener a los asaltantes. Los aprehendidos fueron identificados como Alexander Chausino (20), Martín Costarelli (18) y Brian Romero (23). Uno tenía un revólver calibre 32, otro una pistola 9 mm y un tercero optó por ocultar en un freezer una pistola calibre 22, que luego fue secuestrada.
Cuando un patrullero de la UEP llegó al lugar, los policías se percataron de que había un hombre en un Peugeot 206 en la esquina. Estaba haciendo de "campana" de sus secuaces y los esperaba para huir. El conductor fue identificado como Rodrigo Pérez (24). También tenía un arma de fuego.
“Están con pastillas”
Los Andes fue a la vivienda donde José Enrique Bauzá y su mujer Elsa vivieron una pesadilla. El matrimonio estaba descansando, tratando de superar el trauma.
"Estaban muy nerviosos, tuvieron que tomar pastillas porque tenían palpitaciones.
Además, estuvieron hasta la madrugada haciendo la denuncia en la oficina fiscal", contó una familiar que los acompañaba.
Y cerró: "Les ataron las manos y estaban preparando el auto de ellos para escapar. Habían dejado vidrios rotos y todo revuelto. Por suerte el vecino se dio cuenta y llamó a la Policía, que llegó rápido".