No hay mucho margen de maniobra para los negociadores del Gobierno. No pueden ser más generosos porque el límite de la austeridad cornejista tiene ahora el condicionamiento de hierro del pacto fiscal firmado con la Nación.
Hay alguna posibilidad de mejorar la oferta, que será en la próxima ronda de encuentros paritarios. Pero no habrá muchas chances más, a lo sumo una tercera ronda de citas gremiales. Después vendrá el decreto de Alfredo Cornejo para otorgar aumento y bono.
Esta semana, a más tardar el lunes, se culminará la primer rueda de reuniones paritarias en la Subsecretaría de Trabajo con los gremios que obtuvieron su incremento 2017 por decreto (Casino, SUTE y Judiciales).
En esta primera rueda el negociador del gobierno, Ulpiano Suárez, puso sobre la mesa la propuesta sin aditamentos: un bono de $ 5.000 en concepto de recomposición salarial 2017 para cubrir la diferencia entre la inflación real y el incremento otorgado a principios de año.
Además, ofreció 14% de incremento para 2018 en tres tramos: 5% en febrero, 5% en junio y 4% en octubre.
Ante la catarata de rechazos que se viene produciendo, el subsecretario Suárez se aferra a la idea de que es una buena oferta y, sobre todo, cumplible de acuerdo a la realidad fiscal de Mendoza.
El negociador dice que la inflación prevista por el Banco Central de la República Argentina llega al 10%, por lo que un 14% es una buena oferta de incremento salarial. Los gremios apuntan que el BCRA ya subestimó el alza de precios este año, por lo que no hay motivos para dar por seguro ese cálculo para 2018.
Suárez indica también que el 6% para cubrir la brecha entre inflación del año (que ha sido de un 23% según la DEIE) y el incremento salarial otorgado a principios de año (17% en blanco) implica como mucho poner cerca de 2.000 pesos en el bolsillo a los trabajadores y eso dependiendo del sueldo del agente estatal, mientras el bono ofrecido son 5.000 pesos.
Es cierto que esta suma, toda junta, es como un segundo aguinaldo para muchos empleados estatales, como por ejemplo los celadores.
Pero también es cierto lo que dijo el titular del Sindicato de Trabajadores Viales, Claudio Díaz: “Preferimos el porcentaje que corresponde en el básico. Eso sube otros adicionales y llegamos casi a 2 mil pesos, pero lo cobramos todos los meses. A fin del año que viene son 24 mil pesos”.
En las negociaciones suele suceder lo impensable y que se encuentren diferentes fórmulas, pero en todas está el límite que se ha impuesto el Gobierno provincial en el combate del déficit fiscal; pero además está el pacto fiscal que se firmó con el Gobierno nacional, que incluye la reducción gradual del “rojo” y, al mismo tiempo, la reducción de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos y Sellos. Justamente, en la tarde de ayer se debatían en el Senado los proyectos de ley resultantes del acuerdo entre la Nación y 23 provincias.
Con esos antecedentes es que en la edición de ayer de Los Andes se indicaba que no se regateará con los gremios el monto del bono ni el 14% para 2018.
Lo que sí podría negociarse es el adelanto a enero del primer tramo del aumento y un ajuste gatillo para fin de año, en caso de que la inflación supere el porcentaje ofrecido. Pero en el Gobierno entienden que todavía no es tiempo de levantar la oferta. Eso será en la segunda ronda paritaria.
Entre el martes y ayer se fueron sucediendo los rechazos de los gremios estatales. El martes pasaron los organismos de control, los funcionarios judiciales y Legislatura (el único gremio que se llevó la propuesta y ofreció una contrapropuesta que llevará en las próximas horas); ayer Administración Central, Viales, Parques y Zoológico, Ambiente, EPAS y Fondo para la Transformación. Todos llegaron con un “no” en los labios; todos tendrán la segunda vuelta paritaria entre el 6 y el 18 de diciembre.
Ayer algún funcionario mantenía la esperanza de alguna aprobación; nadie se animó a dar el ultimátum y las voces oficiales apostaban ciegamente al diálogo.
Pero la buena fe en la negociación tiene un límite. De hecho, el mismo gobernador Cornejo ha esgrimido plazos fatales para argumentar otros decretos que daban por fracasadas otras paritarias.
En voz baja aseguran que no habrá una negociación eterna con los gremios estatales. Apenas dos rondas de encuentros paritarios, tal vez una tercera, pero nada más. Después de eso, vendrá el decreto de Cornejo para otorgar aquello que los gremios no acepten.
Negocian nuevo convenio con ATE Salud
El único gremio que no tuvo propuesta de bono y 14% de incremento fue ATE Salud, que está enfrascado con el Gobierno en la modificación del convenio colectivo de trabajo para los trabajadores del Régimen 15, que se aplica en Salud, Desarrollo Social e IPV.
Y si bien en ATE se muestran esperanzados, la negociación por la plata supone algunas dificultades, particularmente en el IPV donde existe un plus que no tienen los otros empleados del régimen 15: el adicional Fonavi.
Ayer, ATE Salud y Gobierno tuvieron casi un encuentro por la formalidad. Al salir, el secretario gremial de ATE, Mihail Zagorac, recordaba que estaban negociando el nuevo convenio y se mostraba confiado en que el solo blanqueo de adicionales que rellenan el bono de sueldo de los trabajadores del Régimen 15, particularmente mayor horario y psicofísico, alcanzaría para redondear un jugoso incremento salarial en 2018.
Del otro lado, el subsecretario de Gestión Pública, Ulpiano Suárez, confirmó que la redacción de nuevo convenio está bastante avanzada, por lo que podría podría cerrarse en tres semanas.