El líder de los sobrevivientes de los Andes dio una charla en Mendoza

Nando Parrado, quien sobrevivió a la tragedia aérea de 1972 y ayudó a salvar a sus compañeros, habló de liderazgo.

El líder de los sobrevivientes de los Andes dio una charla en Mendoza
El líder de los sobrevivientes de los Andes dio una charla en Mendoza

Cuando Fernando Nando Parrado habla, sus palabras fluyen como un mantra entre quienes lo escuchan. Es que su historia tiene pocos parangones.

Nando es uno de los 16 sobrevivientes de lo que se llamó "la tragedia de los Andes" que luego se trasladaría al cine en varias películas, entre ellas la exitosa "Viven". Él es el responsable del rescate de sus compañeros, miembros de un equipo de rugby uruguayo que vivieron más de dos meses en las nieves mendocinas, dentro del fuselaje de un avión deshecho. Hoy, 36 años después, el hombre acaba de publicar el libro "El milagro de los Andes".


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

De visita en la provincia para dar una charla sobre liderazgo, entre otros temas, conversó de rugby, de su historia de vida posterior al accidente aéreo, de los que siguieron a su lado y de los que ya no están. "Mi intuición es la que cambió mi vida", asegura.

Y aclara: "Yo no vivo pensando en la historia, jamás sueño con la montaña. Hablo de la tragedia cuando me preguntan, pero para mí ya pasó", remarca como un gurú.

El 12 de octubre de 1972, el avión Fairchild Hiller FH-227 perteneciente a la Fuerza Aérea Uruguaya partió, con 45 personas a bordo (entre tripulación y pasajeros), del Aeropuerto Internacional de Carrasco. Viajaba allí el equipo de rugby del club de exalumnos del Colegio Stella Maris de Montevideo, que se dirigía a jugar un partido contra el Old Boys (de Chile).


    Gentileza
Gentileza

Tras pasar una noche en nuestro aeropuerto El Plumerillo, el equipo continuó su viaje pese a un frente de mal tiempo que no amainó el deseo de llegar. En el viaje, la tormenta pudo más y el avión se precipitó. A la tarde, restos de la nave, fallecidos y sobrevivientes se encontraban en el Valle de Las Lágrimas, en Malargüe. Allí, además de los compañeros de sus compañeros y de los pilotos, falleció la madre y la hermana de Nando, que lo acompañaban en su travesía. Comenzaría, entonces, una supervivencia de 72 días.

"Ahora es fácil decir que sabíamos lo que hacíamos, porque miramos y vemos que funcionó. Creo que ese liderazgo es el que usé luego con mis compañeros", destaca el uruguayo de 69 años de edad.

Parrado hoy en día es un gran empresario de rubros como el televisivo, además de ser productor y dueño de la empresa ferretera más grande de Uruguay. Además, se ha posicionado a nivel internacional como uno de los conferencistas más importantes del mundo. También fue elegido entre los grandes líderes mundiales del siglo XX.

Volver

Parrado asegura que volvió 11 veces al lugar del accidente aunque asegura que no hubiese vuelto ni una. Pero agrega que el principal motor para sus regresos es el acompañamiento de seres queridos.

"La primera vez que volví al Valle de las Lágrimas fue para acompañar a mi padre que deseaba dejarle flores a mi mamá y a mi hermana. El decía que es como ir al cementerio, solo que nos quedaba más lejos", detalló Nando quien aseguró que su padre, de ideas pragmáticas, tuvo una gran influencia en su vida. "La base de mi vida siempre fue mi familia. Mi padre, con un gran sentido común, es quien me salvó la vida", agregó.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

Parrado indica que a través de las conferencias que brinda en todo el mundo, unas ocho por año según su propias reglas de juego, ha ayudado a mucha gente compartiendo su historia de superación. De todas formas, dice que no se siente una persona especial sino alguien que estuvo en el lugar y momentos equivocados.

"Se que mi historia es una de las más espectaculares del mundo en lo que refiere a liderazgo. Porque los líderes del equipo se fueron muriendo con el paso de los días y aparecieron los que no lo eran. Eso quiere decir que cualquiera puede ser líder de una situación. En cuestiones de supervivencia, lo común es la resiliencia y no entregarse pase lo que pase. Los líderes se hacen", remarca.

Un abrazo

Parrado, que también se dedicó al automovilismo, cuenta que el rugby le salvó la vida, que para él es una religión. Hace referencia al último partido que su selección jugó contra Fiji, en el mundial de este deporte y agrega que el sorpresivo triunfo "charrúa" fue una de las emociones más lindas de su vida.

El rugby, deporte que jugó dos años más tras el accidente, ha sido para Nando un modo de vida, una filosofía que le sirvió en la tragedia y como hombre de negocios. "El rugby no tiene nombres en la espalda, uno de los deportes de equipo que no los tiene. Porque ahí nadie es más que nadie. Esa es la filosofía que me salvó", confirma.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

Parrado no se siente un gurú, asegura que cada uno debe vivir la vida como quiera. Su vida, según relata, gira en torno a sus hijas, su mujer y sus perros. “Las cosas materiales no son la vida. A mi me gusta tener autos, cosas, pero no voy a hipotecar a mi familia por tener eso”, dice tranquilo y arremete: “En una cama de hospital todo cambia. A mi me cambió el haber estado allá arriba. Y en ese momento, lo único que querés es abrazar a alguien”.

Las palabras se van agotado en un lento fluir de consejos y experiencias de vida.

Parrado advierte en ese vaivén que se mese entre los recuerdos y el éxito personal que las personas sólo sufren lo que quieren pero que todo el mundo es diferente.

"Yo soy exactamente la misma persona que era antes del accidente, mis compañeros me lo dicen. Querer cambiar el pasado es algo insano, eso no existe y tu vida no va a ser nunca feliz", finalizó.

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