¡Cómo no ilusionarse! Los clásicos no se juegan, se ganan. Y eso hizo San Martín, que derrotó por 1-0 a Palmira y encadenó su tercer triunfo consecutivo que lo aferra cada vez más a la zona de clasificación.
En el inicio del primer tiempo se vio a un Palmira buscando siempre el error de la defensa local: una línea de tres jugadores que cuando fueron atacados por Carmona y Pizarro sufrieron algún peligro. A los 7’ una triangulación entre Sanfilippo, Pizarro y Carmona, dejó a este último mano a mano frente al arquero Albirrojo, sin embargo el delantero Jarillero no pudo dominar el balón y Bonacci se quedó con la pelota.
Con el correr de los minutos, el partido se volvió una lucha en el centro del campo sin un claro dominador. Sobre los 20’ un pelotazo desde el fondo de Suárez le quedó a Stipech, quien con una media vuelta exquisita fuera del área, remató fuerte y abajo del palo derecho de Videla decretando el primer grito de la noche.
San Martín se ponía arriba sin merecerlo. Palmira sintió el impacto y el León el envión anímico. Es por eso que las mayoría de las divididas fueron ganadas por los locales.
En el complemento la historia no varió demasiado. El Jarillero fue muy superior al León pero no pudo vulnerar el sistema defensivo impuesto por Busciglio.
Sufrió más de la cuenta, pero ganó el León, sumó su tercera victoria consecutiva (4 partidos invicto) y a pesar de su juego, se anima a soñar en grande. Como lo indica su historia.