El León rugió fuerte en el Sur

Tras 18 años sin sumar de a tres en San Rafael, San Martín dejó de rodillas al Globo. Gran muestra de carácter para dar vuelta un 2-0.

El León rugió fuerte en el Sur

Fue una cachetada a la historia, casi siempre caprichosa. San Martín logró romper el maleficio tras 18 años y volvió a ganar en territorio sureño. Otra vez en el Gigante de Pueblo Diamante, como la última vez que se fue de San Rafael con una sonrisa. El triunfo,  con ribetes heroico por la forma en que se alcanzó, permitió al Albirrojo treparse a la cuarta posición de la tabla, a tres unidades de los líderes, Montecaseros y Huracán LH.

El triunfo llegó desde el banco, a partir de las modificaciones que realizó Sergio Busciglio. Porque San Martín empezó mejor, tuvo claridad para recuperar el balón y jugarlo, aunque sigue sufriendo cierta endeblez defensiva.

Cuando peor la pasaba el local, cuando ninguno de los dos encontraba los caminos hacia los arcos, Emanuel Díaz y Franco Aguilera armaron un linda pared y el “10” fue tomado dentro del área, provocando el penal que Díaz cambió por gol.

San Martín, herido en su amor propio, fue a buscarlo. Sin embargo, más allá de la expulsión de Daniel Agostinelli, tras golpear a Javier Villaseca, llegó la contra bien administrada por Díaz y mejor definida por Alejandro Hernández. Fue un mazazo.

Porque el juego que había mostrado el León en los primeros minutos se perdió y no logró hacer pesar el hombre de más. Así, Huracán SR cerró la etapa sin pasar grandes sobresaltos y con la calma de saberse ganador. Sin embargo, lo que ni el más pesimista hincha del Globo hubiese pensando, sucedió por la determinación de los visitantes. Si había una forma de dar vuelta la historia, San Martín la conocía.

La urgencia por descontar obligó a los dirigidos por Busciglio a adelantar sus líneas. ¿El local? Agazapado, esperando los espacios que tarde o temprano se generan cuando el rival va y va. En ese inicio de complemento, el partido fue de más lucha y menos claridad. San Martín perdía demasiado rápido el balón en la zona media y no había forma de romper el bloque defensivo del conjunto local.

Sin embargo, el destino, ese del que hablamos al principio, a veces cambia su rumbo de la forma menos pensada. Damián Bastianini se hizo cargo de una nueva pelota parada, Matías Marín se anticipó a todos y Matías Bielli nada pudo hacer para evitar el descuento. Fue el último envión para convencerse de que era posible.

Se armó el juego finalmente y la determinación para ir en buscar de la igualdad quedó de manifiesto en los cambios que determinó el adiestrador albirrojo. Hubo absoluto dominio de los esteños, aunque siguió fallando en los metros finales y le dejaba al Globo la chance de liquidar la historia de contragolpe.

Fue entonces cuando comenzó a dar resultado lo buscado: un equipo bien ancho, con carrileros rompiendo en velocidad y buscando la cabeza de los grandotes en el área. El tiempo se iba, los nervios comenzaban a jugar su propio partido y Matías Viguet decidió que era tiempo de cortar la angustia.

El volante recibió un cambio de frente y le reventó el arco a Bielli. Encima, el local decidió que lo que no había logrado en toda la etapa debía buscarlo en los últimos segundos. Y fue su sentencia. Nicolás Cía y Mauricio Cascón perdieron el balón en la puerta del área albirroja y el contragolpe visitante fue letal.

A tres toques, el Chacarero recorrió todo el campo de juego y Emanuel Vargas dejó sólo a Rodolfo Juárez para que la definición del delantero desatara el delirio de los pocos visitantes presentes en el estadio xeneize. Era el último minuto de los  que había adicionado el colegiado Jesús Robles, de floja tarea, y el León tuvo un premio a su coraje. Superó con creces la prueba de carácter que aún tenía pendiente.

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