¿Lo lincharon o se cayó y se golpeó la cabeza? O bien, ¿se cayó y luego fue golpeado por algunos vecinos? Todas las versiones se manejaban ayer en el barrio Tamarindo I de Las Heras, en relación al ladrón que murió el martes por la noche tras salir de una casa donde había robado. Pero las especulaciones terminaron, en parte, cuando se conoció el resultado preliminar de la necropsia: las lesiones sufridas no terminaron con su vida.
Desde el Ministerio de Seguridad se informó ayer por la mañana que Cristian Bruna, de 35 años, "murió tras ser detenido y linchado por vecinos en Las Heras".
Minutos más tarde, el jefe de la Policía de Mendoza, Roberto Munives, dijo a radio Mitre Mendoza que "no ha quedado acreditado que se haya producido un linchamiento".
Ayer por la mañana, a muy pocos metros del lugar del hecho - Monteagudo y Roosevelt de Las Heras- persistía una mancha de sangre en medio de la calle.
También se podía ver allí un alambre acerado que cruzaba el cantero de un jardín y colgaba adentro de la acequia. "Venía corriendo, se tropezó con el alambre y se golpeó con el cordón. Mirá el alambre: no se ve ni de día ni de noche", dijo un vecino, señalando la presunta escena del crimen que ya había visto la noche anterior, cuando salió "a sacar la basura y me encontré con el hombre que aún se movía".
Otro vecino se acercó al ver al fotógrafo de Los Andes y explicó: "Nosotros llegamos cuando ya estaba la Policía y se decían la dos cosas: que se había caído y también que le habían pegado porque lo venían corriendo. Con estas cosas nunca se sabe".
Durante la tarde de ayer fuentes judiciales precisaron que "los datos preliminares de la autopista no permiten identificar por ahora la razón de muerte". Lo que sí pudieron determinar esos análisis es que las lesiones que sufrió Bruna "no son razón de muerte".
Los órganos del fallecido serán sometidos a análisis anatomopatológicos que permitan establecer de manera fehaciente las causales del deceso. Para contar con esos resultados habrá que esperar unos días.
La versión de la víctima
Los Andes habló ayer con el dueño de la casa a la que Bruna entró a robar. "Yo no te puedo decir mucho; no sé si el vago se cayó solo, si lo agarraron. Fue todo ahí nomás pero, para mí, fueron como tres horas", afirmó.
Luego contó que el martes a las 21.10 salió para hacer unas compras por el barrio y 10 minutos después volvió. Cuando iba a entrar a su casa, vio la puerta forzada, las luces encendidas y escuchó ruidos extraños.
Como su mujer había ido con sus dos hijos a un cumpleaños y su cuñado tampoco estaba, se dio cuenta de que eran ladrones, aunque no pudo ver cuántos eran. "Me di cuenta de que se habían metido, tiraban cosas, había ruidos; era obvio que estaban adentro. Mi sensación es que eran varios. Entonces me retiré, crucé la calle y llamé al 911", contó la víctima.
El hombre llamó tres veces al 911 y se quedó 10 minutos esperando a que llegara la Policía.
"En un momento lo veo salir (al ladrón) por el portón, corriendo, con algunas cosas de mi casa. Cuando llegué a la esquina él estaba tirado y había gente alrededor", dijo.
En diciembre pasado el hombre sufrió un accidente de tránsito y por eso demoró en llegar a la esquina. "Cuando llegué había gente, vecinos, pero no reconocí a nadie porque en ese momento no entendía nada. Me pegué la vuelta porque la casa estaba abierta", indicó. ¿Lo lincharon? "Aparentemente lo agarraron los vecinos, como estoy accidentado no pude ver nada", cerró.
El fallecido había salido de la cárcel hace un año
Según informó el Ministerio de Seguridad, Cristian Javier Bruna -el hombre que murió tras robar en una vivienda del barrio Tamarindo I de Las Heras- tenía un largo prontuario.
Bruna tuvo su primer ingreso en los Tribunales en 2002 por el delito de amenaza con arma de fuego. Allí comenzó su carrera delictiva, para la Justicia, y a partir de ese momento tuvo varios ingresos por los delitos de hurto, robo agravado, amenazas graves por el uso de armas, portación ilegal de arma de fuego, robo simple, entre otros.
Había cumplido un año de libertad tras concluir una pena el 8 de enero de 2018.