El laberinto de las tarifas de gas, electricidad y combustibles

El laberinto de las tarifas de gas, electricidad y combustibles

El problema de las tarifas de la energía se ha colocado en el centro de la escena política de la Argentina por su impacto en la opinión pública y el enorme desafío de consecuencias institucionales sin precedentes que encierra la clave para disminuir el déficit fiscal y permitir el crecimiento del país.

El análisis de cómo se llegó a esta situación tiene su génesis en la resolución 394/2007 del Ministerio de Economía del 15 de noviembre de 2007, por el que se establecieron retenciones móviles a las exportaciones de petróleo, fijando el precio en 42 dólares cuando en el mercado mundial su precio era de 97 dólares por barril de petróleo WTI.

Estas retenciones móviles a los hidrocarburos, similares a las que luego se intentó establecer para las exportaciones agropecuarias, desacoplaron los precios internos de los precios internacionales. Al mismo tiempo el gobierno federal podía beneficiarse con este gravamen al comercio internacional que, al ser renta de aduana por un precepto constitucional, no es coparticipable con las provincias.

En definitiva por una simple resolución del Ministerio de Economía el Gobierno “planchó” el precio de los combustibles, minimizando su impacto inflacionario y aumentando la participación fiscal del gobierno nacional en la renta de los hidrocarburos.

Con esta resolución se desalentaron las inversiones en el sector de la producción de petróleo y gas en la Argentina. El sector energético utiliza equipos de perforación y explotación con movilidad internacional.

¿Qué compañía internacional iba a traer equipos de exploración para aumentar las reservas de hidrocarburos a la Argentina a 42 dólares el barril cuando en otras cuencas petroleras tenía un valor del doble? El precio internacional fue de casi 100 dólares en 2007 y siguió subiendo hasta alcanzar los 136 dólares el barril el 8 de julio de 2008.

Después de una caída se mantuvo desde noviembre 2009 en valores en la franja de U$S 70 a U$S 90 hasta diciembre 2014 que comenzó a descender hasta colocarse hoy alrededor de los 45 dólares el barril.

En el mismo período se aplicaron retenciones a la exportación de gas de tipo fijo y móvil y se pudo observar una importante brecha entre el precio interno y externo desalentando la producción nacional. El sector de energía eléctrica se vio afectado también por atrasos tarifario, al usar gas y otros combustibles para la generación de energía eléctrica.

Argentina evitó la fluctuación de los precios internacionales del petróleo hasta diciembre de 2014 pero colocando al sector energético en un laberinto de difícil salida.

Los bajos precios internos de los combustibles desde 2007 alentaron un aumento del consumo y desalentaron la producción, lo cual redujo las exportaciones y luego aumentó las importaciones.

Argentina perdió su capacidad de país exportador de energía y pasó a ser importador. La balanza energética se convirtió en deficitaria.

Se requirieron cada vez más dólares para importar energía cara para subsidiar el consumo interno lo cual, por su magnitud, llevó a una crisis de divisas que condujo al cepo cambiario.

Las repercusiones macroeconómicas fueron evidentes: los subsidios a la importación de energía representan 75% del déficit fiscal, lo cual conduce a financiamiento con endeudamiento o emisión monetaria. Lo primero, eleva el costo del crédito con tasas de interés altas; lo segundo, provoca inflación.

Actualmente ¿cómo se enfrenta este tema? El Gobierno ha realizado ajustes del precio interno que ha llevado a una judicialización de las tarifas que tuvo que resolver la Corte Suprema de Justicia. Éste es el último grave efecto en las instituciones argentinas de aquella “inocente” resolución del Ministerio de Economía de 2007.

Su solución representará la solución del país porque irónicamente la Argentina posee enormes reservas de petróleo y gas no convencional.

En comparación con otros países, es el cuarto en reservas de petróleo y el segundo en reservas de gas. Tiene la posibilidad de transformarse de “país con petróleo” en “país petrolero”. Se puede llegar a sustituir todas las importaciones de petróleo y gas que nos llevaría al autoabastecimiento y a la exportación. Además puede ser un gran productor de energía renovable por sus condiciones solares y eólicas.

Falta un sistema de precios que lleve a cuidar el consumo y fomentar la producción, y éste es el dilema con que nos enfrentamos: cómo establecer un sistema de precios que refleje los verdaderos precios para que los argentinos cuidemos la energía sin afectar el bolsillo de los más pobres con una adecuada focalización de subsidios que no desaliente la inversión ni tenga consecuencias graves en el déficit fiscal.

Hace falta infraestructura de transporte y mejoramiento de caminos en las zonas petroleras para que la Argentina pueda cambiar de importador a exportador. En términos de precios internos la energía puede pasar de precios CIF altos a precios FOB bajos que daría competitividad a muchas actividades en el sector agrícola, industrial y al transporte para crecer.

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