En una sesión de la Cámara de Diputados con ribetes escandalosos, el Frente para la Victoria (FpV) logró designar a dos funcionarios de La Cámpora en la Auditoría General de la Nación (AGN), quienes por ocho años deberán controlar a los próximos dos gobiernos. Se trata del actual secretario de Justicia, Julián Álvarez (el autor intelectual de la mayoría de las embestidas K contra el Poder Judicial, como la Ley de Subrogancias que ayer la Corte declaró inconstitucional -ver aparte-), y del presidente del Banco Nación, Juan Ignacio Forlón, un amigo íntimo del hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner.
La maniobra del oficialismo concitó enormes resistencias en la oposición. Todos los bloques no K sostuvieron que debía ser la nueva Cámara baja, que asumirá el mes que viene, la que debía votar los representantes de la misma ante el organismo de contralor ya que los mandatos de los actuales auditores vencen -afirmaron- recién el 15 de diciembre.
Además, cuestionaron que el kirchnerismo metiera “por la ventana”, en el orden del día de la sesión de ayer, la elección de los auditores.
La sesión comenzó con una lluvia de reproches porque el oficialismo juntó el quórum una hora tarde y la oposición pidió que se diera por caída la reunión. Pero la tensión llegó al máximo cuando el titular de la Cámara, el kirchnerista Julián Domínguez, se negó a cumplir con el artículo 129 del reglamento del cuerpo, que exige tres cuartos de los miembros presentes para incorporar un nuevo tema al orden del día.
or el contrario, Domínguez dio prioridad a una moción hecha por la presidenta del bloque del FpV, Juliana Di Tullio, para que se votara la designación de Forlón y Álvarez y se les tomara juramento. La votación arrojó 128 votos positivos contra 53 negativos y 26 abstenciones.
Al ser desoída en sus reclamos, la oposición decidió retirarse del recinto con la amenaza de recurrir a la Justicia para impugnar la asunción de los dos jóvenes funcionarios K, por considerar que la votación fue irregular ya que no estaba en el temario y el oficialismo no tenía el número reglamentario para incorporar nuevos asuntos al mismo.
En un clima caldeado, los legisladores opositores se cruzaron con insultos y abucheos con los oficialistas, mientras los dos funcionarios camporistas juraron a las apuradas. La única opositora que regresó a su banca fue la massista Graciela Camaño, pero lo hizo para enrostrar a Domínguez que Forlón y Álvarez juraron “como ladrones”, sin quórum. “Parece que están buscando conchabos”, afirmó enardecida.
“Están buscando la impunidad”, había denunciado más temprano Federico Pinedo (Pro). El legislador macrista explicó que con la nueva composición de la Cámara baja, el kirchnerismo no tenía asegurados dos asientos de los tres que le corresponden a Diputados. “El oficialismo quiere designar dos personas (Forlón y Álvarez) de modo de que si pierde las elecciones pasará a tener cinco de los siete miembros de la AGN porque tendría, además de dos representantes por cada Cámara, la presidencia del colegio de auditores que es para el partido más grande de la oposición. En este contexto, la AGN no podrá avanzar en auditorías de corte, para investigar lo que hizo el gobierno que se está yendo”, se quejó.
El radical Mario Negri fue el primero en denunciar la jugada. "Esto es una clara maniobra política. Está fuera de la ley y nos llevará a la Justicia. Mi partido interpreta que el vencimiento del mandato de los auditores es después del 10 de diciembre", dijo.
Cuando ya el tema había conmocionado el Congreso, Di Tullio y Domínguez brindaron una conferencia de prensa para defender la posición del oficialismo. Los legisladores K aseguraron que los mandatos de los tres auditores que representan a la Cámara baja -Vicente Brusca y Oscar Lamberto (FpV) y Horacio Pernasetti (UCR)- estaban vencidos desde el 5 de setiembre. Para fundamentar esto se remitieron a la última vez que se eligieron -por ocho años- esos cargos, en setiembre de 2007, sobre el final del mandato de Néstor Kirchner.
Además, explicaron que con la nueva composición de Diputados que resultó de la elección del 25 de octubre, el FpV tendrá derecho a los dos asientos en el colegio de auditores que ayer quedaron en manos de La Cámpora
. “El Pro y la UCR, sumados, no tendrán los 112 diputados que tendremos nosotros”, sostuvo Domínguez, quien aseguró que la oposición hizo de la sesión de ayer “un escándalo para transformarla en un hecho político”. “Esto es de una enorme irresponsabilidad institucional. Deberían estar preocupados porque el órgano que controla al Ejecutivo no está funcionando dado que hay tres auditores que tienen los mandatos vencidos”, agregó.