Aunque las heladerías dicen que, por la baja en el consumo, lo estiraron lo más posible, el aumento del helado llegó en diciembre y fue -en líneas generales- de entre 10% y 12%. Así, el kilo de helado artesanal en Mendoza va de los $ 135 a los $ 160, pero también hay productos más económicos que venden la misma cantidad por un valor que ronda entre los $ 72 y los $ 85.
En el primer listado, se encuentran marcas como Freddo, Perín, Soppelsa, Michel, Bianco y Nero y Mailho; entre otros. En el segundo tipo, las cadenas Grido y Lomoro -firma que este año ha tenido un crecimiento importante de sus sucursales- son las que terminan eligiendo muchos en un contexto de inflación y pérdida del poder de compra del salario que, este año y según datos de la Fundación Ideal, en Mendoza fue del 8%.
El precio de estos alimentos tan codiciados por los golosos en el verano a veces se equipara al valor de otro tipo de bienes de mayor durabilidad como, por caso, una remera, un par de medias de marca o una carterita.
El economista José Vargas estima que esta diferencia se basa en que, para el helado, hay menos cantidad de bienes sustitutos y que la competencia es menor en relación, siguiendo con el ejemplo, a la existente en indumentaria industrializada.
“Al ser un producto relativamente estacional, es común que cuando comienzan los calores aumenten su precio porque, además, también suben algunos de sus insumos”, expresó Vargas.
Sin embargo, Juliana Perín, dueña de la tradicional esquina de Sarmiento y Belgrano, explicó que una suba del 10% de sus productos, en un año marcado por una inflación mucho mayor, implicó un esfuerzo para los empresarios. Esto, teniendo en cuenta -según la empresaria- que los salarios se ajustaron en torno al 35% y algunos insumos tuvieron incrementos mayores.
“En especial las frutas han tenido un incremento del 40%”, subrayó Perín y graficó que la escasez de almendras por la helada del año pasado implicó que llegaran a pagarlas alrededor de $ 250 el kilo y que, del mismo modo, también subieron fuerte el limón, el kiwi y la banana; entre otros. El chocolate, insumo crucial para muchos gustos, ha tenido saltos más que altos este año.
En consonancia, Roberto Agüero, dueño de Bianco y Nero, comentó que en el valor del helado hay costos típicos del sector a los que se suman los tradicionales de la inflación y laborales; los que -en Mendoza- no se terminan de trasladar a los clientes como sí sucede en Buenos Aires donde el kilo de helado cuesta poco menos de $ 200.
“No es que acá sea más barata la leche o el chocolate pero el poder adquisitivo es distinto y las rentabilidades también”, explicó Agüero y agregó que su negocio -que también se especializa en chocolatería- puede manejar mejor los márgenes debido a que tiene una compensación estacional para no sólo depender del verano.
Aunque la venta de helado se estira cada vez más durante el año, para Agüero es difícil depender de un solo producto todo el año. En Argentina, el consumo anual per cápita de helado es de 6,9 kilos. Poco más de medio kilo por mes.
Una compra más chica
Tanto Perín como Agüero admitieron que -en línea con lo sucedido en otros rubros- este año las ventas disminuyeron un poco en volumen. En realidad, ambos explicaron que sus clientes -fieles o fanáticos de la marca- han optado por consumir menos pero seguir dándose un gusto. "El que antes compraba un kilo, ahora tal vez se lleva tres cuartos", ejemplificaron.
Juliana Perín agregó que a la merma en el mercado interno, lograron recuperarla en buena parte con el turismo. La ubicación estratégica de su negocio -que tiene presencia en las páginas trip advisor- así como una mayor afluencia de brasileños y chilenos atraídos por el cambio conveniente son los motivos principales de este cambio en el perfil de consumidores.
El chocolate, un artículo de lujo
Un bien tan preciado para muchos como es el chocolate en todas sus formas, viene teniendo desde hace tiempo subas constantes en su precio a nivel mundial, lo que se suma al aumento del dólar en la Argentina. “Dicen que pronto se convertirá en un artículo suntuoso”, define Roberto Agüero, dueño de la firma Bianco y Nero.
El 60% del cacao se produce en Costa de Marfil y en Ghana pero, este año, el incremento del consumo en Asia así como la crisis del ébola hicieron subir mucho su valor. Incluso, hay mucha especulación mundial en el precio de esta delicia que en Argentina debe importarse sí o sí.
Por otra parte, Agüero cuenta que el llamado cacao de aroma o criollo es sólo el 3% de la producción mundial y uno de los más requeridos por sus cualidades, justamente, aromáticas.
De acuerdo con reportes internacionales, en 2015 el precio del cacao podría alcanzar su máximo valor en diez años; luego de un 2014 en que la demanda fue mayor a la producción. Hasta setiembre de este año, los precios del cacao subieron 10%, alcanzando U$S 3.399 la tonelada en Nueva York. A modo comparativo, la tonelada de soja cerró el martes pasado en el mercado de Chicago a U$S 381.
En distintas chocolaterías de Mendoza, el kilo de bombones finos oscila entre $ 400 y $ 550 mientras que los chocolates pueden conseguirse por unos cien pesos menos.