Preso de su propia incapacidad para lastimar el arco rival, Independiente Rivadavia cayó derrotado 1-0 en tierras puntanas frente a Estudiantes. Cristian Fabbiani, sí un ex Lepra, fue el verdugo de ocasión. El “Ogro” marcó su primer gol con la camiseta del Verde y le cortó a los mendocinos una racha de tres encuentros sin derrotas (dos triunfos y un empate).
El Azul sufrió desde el mismo inicio del juego con la determinación del local para ir en busca de la valla de Gaspar Servio. La movilidad de Núñez, Viturro y Moreyra Aldana fue la clave para que Estudiantes llegara con peligro. Con el control de la redonda, el Verde la hizo correr hacia las bandas, rompiendo la tranquilidad mendocina.
Presionado, Independiente Rivadavia decidió que debía saltear la zona media para buscar a Pereyra o a Cerutti. Esa idea no dio resultado ante la determinación defensiva del local, que agrupó marcas, cerró espacios y así se hizo dueño del partido.
Cuatro claras chances para el local, apenas una para el Azul. Así se distribuyó la primera parte. De milagro no había ventaja para los del “Indio” Ortiz.
En el complemento llegó lo peor. Si la propuesta era defender con uñas y dientes, Quinteros la expuso al sacar a Pereyra (el único punta), cuando promediaba el segundo tiempo, para poner un volante.
Independiente leyó el mensaje que llegaba desde el banco y se recluyó definitivamente en las inmediaciones de su área. Si los puntanos no lastimaron antes fue porque equivocaron los caminos, fueron imprecisos y abusaron del pelotazo.
Sin embargo, de tanto ir, Moreyra Aldana encontró un rebote y cuando iba en busca del balón fue agarrado por Parisi. Claro penal que el “Ogro” cambió por gol.
A esa altura, con un hombre menos por la roja a Matías Villarreal, Independiente no tuvo ni ideas ni formas para intentar igualar. Al menos puede mirar la derrota con cierto optimismo: si hubiera al menos igualado, seguiría por este camino sin corregir errores. Le cuesta encontrar fútbol al Azul. Y Quinteros tiene mucho por hacer.
